Por José Ruiz Mercado
Las sociedades esclavas son aquellas no incluyentes, en donde, lo axiológico responde a lo externo. Una sociedad esclava crea su escala de valores en donde se fomenta, entre otras cosas, la superioridad de un rol sexual sobre el otro.
Conflicto social considerable por impedir el crecimiento armónico. La dependencia también genera violencia. Es un estado de sumisión, el cual, ninguna de las partes se ve ausente en esa relación perversa, contaminante. Quien somete se ve a su vez sometido al pretender conservar un status de apariencia.
Cuando mencionamos la obra En El Enemigo, nos lleva a la reflexión, a esa revisión social de un sistema en crisis; nos lleva a una pregunta ¿En dónde esta? Pregunta al aire con una resolución escénica ¿En dónde está? La reflexión proviene de una sociedad esclava, una sociedad aniquiladora de sus mujeres, y Perla de la Rosa lo sabe.
Sin olvidarnos de una mujer generadora de grandes propuestas, de un cuerpo teórico metodológico en donde, entre otros, estudia la estructura del realismo crítico bajo los preceptos del materialismo.
No podemos dejar de mencionar a Claudia Cecilia Alatorre (1948- 1995) con su Análisis del Drama, publicado por Escenología en 1984, un texto fundamental, el cual, a la fecha ha sido objeto de varias ediciones, sin dejar de mencionar su utilización como libro de estudio en varias universidades.
Autora de, entre otros, Están Perdiendo la Guerra (1969) Edipo de Aquí (1977) Todo lo que se Infla Puede ser Ponchado (1988) El Mundito de la Mujer (1989) La Clase Media no se Remedia, entre otras.
En 1990 un libro, hoy ya histórico, por los personajes inmiscuidos en la edición, aparece en la colección Texdra: Politeatro, con más de setenta páginas. Ahí nos encontramos con tres obras; dos primordiales para nuestro tema: El Mundito de la Mujer, y, Todo lo que se Infla Puede ser Ponchado. Los personajes interventores de la edición: Gabriel Barcenas, Oscar Trejo Zaragoza, Humberto Ortiz Rivera y Javier Serrano.
Con el montaje de Edipo de Aquí, el cuestionamiento a la conducta de una sociedad en donde el centro de atención es una mujer al mismo tiempo que se niega y minimiza, fue todo un acontecimiento. Ya con El Mundito de la Mujer la visión a ese patriarcado fue más álgida.
La estructura de toda la obra de Claudia es un juego de personajes tipo. Un simbolismo clave, cada personaje representa un segmento de la sociedad, con un lenguaje lúdico envuelto en juego de palabras, lo que nos remite a ciertos trabalenguas muy propio del divertimento infantil.
La risa espontánea provocada en el público, permite esa relación cercana a los personajes. No es la complicidad emotiva, va más allá, es el distanciamiento escénico, la participación crítica.
La obra toda de Claudia Cecilia Alatorre es un canto a la ironía, al cuestionamiento de las buenas costumbres, a la moral inmersa en doble fondo, es un canto sublime en un barroquismo lingüístico. Desde sus títulos, desde sus cualidades escénicas, su musicalidad.
La nómina de las mujeres de teatro es grande. Urgente, para abrir esta sociedad, para darle una cara diferente, necesitamos estudiar a fondo toda y cada uno de los lenguajes escénicos. Nos falta mucho.
Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
Gracias profe Pepe Ruiz Mercado, por recordarme a tan entrañable mujer., Claudia Cecilia Alatorre y a los personajes que tuve la dicha representar!!!
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