Los libros tienen magia. Tienen luz, color; incluso son estructuras espaciales: Los libros. Los hay, algunos, con textura. Son entidades mágicas. Por eso, para editar un libro se juega con el tiempo.
Se busca un titulo para darle identidad. Por lo menos eso se dice. Se hacen conjeturas. En el fondo es el significado supremo, casi un así quiero que me recuerden como marca.
Los hay largos, armoniosos algunos. Otros cortos, directos. Nominativo. Agudos, descriptivos; los títulos forman parte de ese todo; los hay como navajas de corazón maduro.
La travesía inicia. También el libro es un viaje. En ocasiones una canoa, en otras un buque. Los hay también transatlánticos. Esos cuya capacidad nos permite observar la inmensidad desde la inmensidad misma.
La travesía inicia desde 1999. El fin de un siglo cuya cualidad era la de poder ver hacia atrás y presentir lo siguiente. En alguna ocasión leí, escribí, posiblemente lo escuché: Siglo XX confirma los descubrimientos del XIX. Algo tendrá por ofrecer el siguiente.
Llegaba la feria, la gran plaza. La magia, la revisión de un texto, una época, un personaje, para muchos, el único intelectual digno de dicho título. Con una visión del mundo y de la vida tan propia, pero a la vez tan colectiva: Salvador Novo.
Con ese fin de siglo para Novo era sobrevivir a sí mismo. Su defunción databa de la primera mitad de 1970 (74, si la memoria no me falla) Para 1975 dejaba la beca para jóvenes creadores, diría con toda pompa institucional, la cual llevaba su nombre. Una manera elegante de continuar, como era su costumbre.
Una manera elegante, posibilidad de permear instituciones. De no darle el crédito a una sola, sino a varias. Así la respuesta no era personal, sino institucional. De esa manera no se vería beneficiado un grupo, sino el conjunto de la comunidad. Y vemos a Miguel Ángel Tenorio, a Ricardo Pérez Quitt, a Darío Galicia.
México nació al mundo como un país de instituciones, sustentado por una doctrina filosófica, Entonces los encargados de escoger a los beneficiados, no respondían a una visión personal, sino a una institución.
Pero, no nos desviemos del tema. Hablamos de libros, de uno en especial, el de 2011, agosto (el primero fue de enero) El libro cuyo titulo puede leerse con varios significados: Salvador Novo, navaja de la inteligencia (Usted puede darle la lectura que desee. Yo le doy; Salvador Novo: Navaja de la Inteligencia.) Publicado por Plaza y Valdés. Ensayo con más de 250 páginas.
Un libro así sólo lo escribe una persona crítica, con un alto conocimiento del lenguaje y de la historia. Reyna Barrera López (13 de octubre de 1939- ), fue columnista del periódico Uno más Uno, así como del suplemento sábado. En 1987 gana el Premio Plural de Ensayo, y en 1997, el Rubén Bonifaz Nuño, de poesía.
Navaja de la inteligencia, el libro, se divide en tres partes, como dice su autora: miradas contemplativas a un retrato en diferentes momentos. Desde su nacimiento, la época del Art Nouveau, su participación con los Contemporáneos, el rostro del autor viajero. Todo dentro de una revisión histórica, la sociología de la época, el adentrarse en los por qué de una obra, de unos personajes que le dieron la pincelada exacta.
La época de cambio. El nacimiento de un siglo, la transformación de los grupos sociales más allá de la lucha política en los diversos grupos. Los cambios del arte en la vida pública. Un libro inteligente.
Se busca un titulo para darle identidad. Por lo menos eso se dice. Se hacen conjeturas. En el fondo es el significado supremo, casi un así quiero que me recuerden como marca.
Los hay largos, armoniosos algunos. Otros cortos, directos. Nominativo. Agudos, descriptivos; los títulos forman parte de ese todo; los hay como navajas de corazón maduro.
La travesía inicia. También el libro es un viaje. En ocasiones una canoa, en otras un buque. Los hay también transatlánticos. Esos cuya capacidad nos permite observar la inmensidad desde la inmensidad misma.
La travesía inicia desde 1999. El fin de un siglo cuya cualidad era la de poder ver hacia atrás y presentir lo siguiente. En alguna ocasión leí, escribí, posiblemente lo escuché: Siglo XX confirma los descubrimientos del XIX. Algo tendrá por ofrecer el siguiente.
Llegaba la feria, la gran plaza. La magia, la revisión de un texto, una época, un personaje, para muchos, el único intelectual digno de dicho título. Con una visión del mundo y de la vida tan propia, pero a la vez tan colectiva: Salvador Novo.
Con ese fin de siglo para Novo era sobrevivir a sí mismo. Su defunción databa de la primera mitad de 1970 (74, si la memoria no me falla) Para 1975 dejaba la beca para jóvenes creadores, diría con toda pompa institucional, la cual llevaba su nombre. Una manera elegante de continuar, como era su costumbre.
Una manera elegante, posibilidad de permear instituciones. De no darle el crédito a una sola, sino a varias. Así la respuesta no era personal, sino institucional. De esa manera no se vería beneficiado un grupo, sino el conjunto de la comunidad. Y vemos a Miguel Ángel Tenorio, a Ricardo Pérez Quitt, a Darío Galicia.
México nació al mundo como un país de instituciones, sustentado por una doctrina filosófica, Entonces los encargados de escoger a los beneficiados, no respondían a una visión personal, sino a una institución.
Pero, no nos desviemos del tema. Hablamos de libros, de uno en especial, el de 2011, agosto (el primero fue de enero) El libro cuyo titulo puede leerse con varios significados: Salvador Novo, navaja de la inteligencia (Usted puede darle la lectura que desee. Yo le doy; Salvador Novo: Navaja de la Inteligencia.) Publicado por Plaza y Valdés. Ensayo con más de 250 páginas.
Un libro así sólo lo escribe una persona crítica, con un alto conocimiento del lenguaje y de la historia. Reyna Barrera López (13 de octubre de 1939- ), fue columnista del periódico Uno más Uno, así como del suplemento sábado. En 1987 gana el Premio Plural de Ensayo, y en 1997, el Rubén Bonifaz Nuño, de poesía.
Navaja de la inteligencia, el libro, se divide en tres partes, como dice su autora: miradas contemplativas a un retrato en diferentes momentos. Desde su nacimiento, la época del Art Nouveau, su participación con los Contemporáneos, el rostro del autor viajero. Todo dentro de una revisión histórica, la sociología de la época, el adentrarse en los por qué de una obra, de unos personajes que le dieron la pincelada exacta.
La época de cambio. El nacimiento de un siglo, la transformación de los grupos sociales más allá de la lucha política en los diversos grupos. Los cambios del arte en la vida pública. Un libro inteligente.
Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
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