Los objetos llegan a tener vida. Una identidad tan propia, los hace únicos. Tienen esencia. Cuando fui niño asistí al teatro, al cine, en dónde la temática es precisamente ésta. Los objetos con vida autónoma.
En una ocasión, de visita con un amigo, me encontré con la vajilla característica similar a él. No podía estar en otro lado. Luego me topé con los muebles, en especial con una silla.
Al descubrir mi mirada persistente me comentó la historia de esa silla, más aún, de cómo había llegado a estar ahí, en esa parte de su sala. Una silla representa toda una vida.
Hace unos días revisaba esos papeles alguna vez guardados por el motivo menos imaginable. Me tope con una invitación a una exposición (TODO LO DEMÁS QUE NO VES) de pintura ¿El autor? Augusto Metztli.
De entrada. El título. Luego una semblanza del contenido expuesto “….habla sobre lo oculto que encierra cualquier cosa en el universo, de cómo viendo con atención algo puedes encontrar la esencia de la vida, del amor, de la tristeza, y como en el paso del tiempo y previo a la muerte, seguramente se puede conocer todo, ser parte de todo o por lo menos intuirlo”
Raúl Valles, dramaturgo, investigador escénico, escribió un texto alusivo a los objetos cotidianos. “Estás tanto tiempo con los objetos que se hacen parte única de tu ser”
Si todo eso conlleva una verdad, empecemos por mencionar la vivencia de la marioneta, de ese gran guiñol, del títere, del actante. Se dice del muñeco lleva el espíritu de su manipulador ¿Cuántas obras, tanto de cine, teatro, televisión se han producido?
George Sand (1804/ 1876) en el año de 1846 creó su propio teatro de marionetas en el Castillo de Nohant, Francia.
En China aparecen las primeras manifestaciones a partir de 2000 a. c. La india, Japón, Egipto, Grecia. Algunas como juguetes infantiles, el siglo de Pericles; otras como manejo ritual. En la Edad Media algunas escenas bíblicas se realizaban con muñecos.
Los muñecos, ya con hilos, ya con varillas, guantes, algunos pequeños, como dedales, o enormes, los pequeños grandes actantes están presentes. Y dramaturgos como García Lorca, o Ramón María del Valle Inclán le han dedicado obras especiales.
Magia, color, imaginación, fervor aparte. Personajes de la televisión en donde su creador pasa a segundo plano, o se esconde detrás ¿Cuántos hemos conocido? Topo Gigio, Sixto, Blas, la Rana René ¿Cuántos?
Y sigue el recuento del mito a la realidad con identidad propia esencialista. Objetos como parte de nuestra vida, nuestro devenir.
Digo magia en el sentido antropológico, El concepto mismo. Darle vida a lo inanimado, darle un campo dentro de nuestro mundo cotidiano; el significado profundo, más allá de lo evidente, como frase de serie televisiva de hace algunas décadas.
Los objetos cobran vida porque mantienen una esencia tan propia. Tan nosotros mismos, tan llena de amor, tristeza; son vestidura interna, vestimenta del diario acontecer.
Por cierto, se me olvida comentar acerca de la silla de mi amigo. Primero, fue lo último de un juego de seis. Fue pieza clave en una temporada teatral. La silla.
En una ocasión, de visita con un amigo, me encontré con la vajilla característica similar a él. No podía estar en otro lado. Luego me topé con los muebles, en especial con una silla.
Al descubrir mi mirada persistente me comentó la historia de esa silla, más aún, de cómo había llegado a estar ahí, en esa parte de su sala. Una silla representa toda una vida.
Hace unos días revisaba esos papeles alguna vez guardados por el motivo menos imaginable. Me tope con una invitación a una exposición (TODO LO DEMÁS QUE NO VES) de pintura ¿El autor? Augusto Metztli.
De entrada. El título. Luego una semblanza del contenido expuesto “….habla sobre lo oculto que encierra cualquier cosa en el universo, de cómo viendo con atención algo puedes encontrar la esencia de la vida, del amor, de la tristeza, y como en el paso del tiempo y previo a la muerte, seguramente se puede conocer todo, ser parte de todo o por lo menos intuirlo”
Raúl Valles, dramaturgo, investigador escénico, escribió un texto alusivo a los objetos cotidianos. “Estás tanto tiempo con los objetos que se hacen parte única de tu ser”
Si todo eso conlleva una verdad, empecemos por mencionar la vivencia de la marioneta, de ese gran guiñol, del títere, del actante. Se dice del muñeco lleva el espíritu de su manipulador ¿Cuántas obras, tanto de cine, teatro, televisión se han producido?
George Sand (1804/ 1876) en el año de 1846 creó su propio teatro de marionetas en el Castillo de Nohant, Francia.
En China aparecen las primeras manifestaciones a partir de 2000 a. c. La india, Japón, Egipto, Grecia. Algunas como juguetes infantiles, el siglo de Pericles; otras como manejo ritual. En la Edad Media algunas escenas bíblicas se realizaban con muñecos.
Los muñecos, ya con hilos, ya con varillas, guantes, algunos pequeños, como dedales, o enormes, los pequeños grandes actantes están presentes. Y dramaturgos como García Lorca, o Ramón María del Valle Inclán le han dedicado obras especiales.
Magia, color, imaginación, fervor aparte. Personajes de la televisión en donde su creador pasa a segundo plano, o se esconde detrás ¿Cuántos hemos conocido? Topo Gigio, Sixto, Blas, la Rana René ¿Cuántos?
Y sigue el recuento del mito a la realidad con identidad propia esencialista. Objetos como parte de nuestra vida, nuestro devenir.
Digo magia en el sentido antropológico, El concepto mismo. Darle vida a lo inanimado, darle un campo dentro de nuestro mundo cotidiano; el significado profundo, más allá de lo evidente, como frase de serie televisiva de hace algunas décadas.
Los objetos cobran vida porque mantienen una esencia tan propia. Tan nosotros mismos, tan llena de amor, tristeza; son vestidura interna, vestimenta del diario acontecer.
Por cierto, se me olvida comentar acerca de la silla de mi amigo. Primero, fue lo último de un juego de seis. Fue pieza clave en una temporada teatral. La silla.
Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
Así es pienso igual, que cada objeto guarda una historia
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