Por José Ruiz Mercado
Nos han dicho del surgimiento del mito hacia la recreación del teatro. Nos han dicho tantas y variadas cosas, que, entre todas, nos hemos creado un mito sobre el mito.
Somos a partir del otro. Aún así, en lo individual, provocamos la imagen del como deseamos la mirada. Personajes de nosotros, dibujamos el paisaje de nuestra ubicación.
La vieja escuela nos dice el como somos producto de una sociedad, tal como si ésta se encargara de decidir sobre nosotros. Es esa revisión teológica de la determinación externa.
La historia determinante, el destino manifiesto. Por lo tanto requerimos de un salvador, un líder que nos guíe en el camino. Inicia el mito. La teatralidad misma en nuestra cotidianeidad.
Necesitamos escribir una historia en la historia misma para no perdernos en el camino, para regresar a casa antes que las aves coman en el sendero.
Somos producto de nuestra circunstancia. Pero ésta la hacemos nosotros. Generamos nuestro personaje a partir de la materia prima, la que conocemos, la deseada por conocer.
Escribir entonces es leer nuestra circunstancia. Nuestra observancia. Darle una vuelta de tuerca a la realidad para forjar la fantasía. Así, nadie habla de lo desconocido. Lo interpreta.
Los grandes mitos sociales han enriquecido el mundo del teatro. Edipo, por ejemplo, es el gran mito de las redes sociales. Se requiere de alguien, con cierta influencia, para afirmar una verdad.
El desastre llegará cuando ese alguien se convierte en un dios verdadero (de dios se convierte en Dios) sin la posibilidad de ser cuestionada su palabra, mucho menos desobedecerla.
Edipo se trasforma en la historia del desencanto. Del había una vez un rey justo ¿En dónde queda Yocasta? Si los personajes varones, incluyendo Tiresias, son la razón del mensaje, ella es el instrumento de la realización última.
La historia del teatro mexicano, como la cultura de la cual emana, es la recreación de Edipo en su versión de las redes sociales, en su versión de los juegos de poder del lenguaje.
Edipo a partir de afirmar o negar al oráculo todo lo sabe. La semblanza del héroe sin la menor prédica de posibilidad de equivocarse. Todo va a depender de quién te de cobijo, protección (¿Si en lugar de un Rey justo unos pastores hubieran adoptado a Edipo?)
Edipo en el juego de las redes sociales. Yo y mis circunstancias. No es el conocimiento tan necesario para obtener el reconocimiento. El mito de Edipo, en el fondo, es un mito misógino. Yocasta es el vehículo para afirmar la verdad mitológica.
Hemos crecido con miedo. Hemos pasado de un espacio a otro sin el menor atisbo de análisis. Hemos crecido con miedo a pensar. Hemos pasado a creer sin cuestionarnos.
Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
Comentarios
Publicar un comentario