Por José Ruiz Mercado
Julio de 1985 el maestro publica. Junio del mismo año la alumna está presente; ya había editado, dos años antes, en la antología Más Teatro Joven, una de las obras de junio.
Camino por la calle de Luis González Obregón, por la zona centro, cerca del zócalo, entre esos edificios de cantera, entre lo nublado anunciador de una próxima tormenta.
Es la presentación del libro de Sabina Berman; es la calle en donde se encuentra la sede de la casa de Editores Mexicanos Unidos. Aún falta para la presentación, pero, esa posibilidad de lluvia me hace caminar con prisa.
Esta zona de la ciudad me recuerda Aura. Cada personaje lo siento fuera de lo cotidiano del resto de la urbe. Posiblemente me los encuentre en otra parte, pero aquí, la estructura arquitectónica me hace sentirlo diferente.
Aura, Carlos Fuentes, pero ahora no quiero hablar de él, el autor de La Región Más Transparente, tampoco camino por Donceles, sino por Luis González Obregón; aún así, Aura está presente.
Los libros nos acompañan por años, los hay que son para toda la vida, forman parte de nuestro cotidiano emocional. Estos anteriores al sismo marcaron, sí, bastante. Teatro de Sabina Berman.
Leer la obra, la versión de este tomo, fue todo un acontecimiento. Después vendría Feliz Nuevo Siglo, Doktor Freud, después vendrían otros aconteceres, otra obra, otro todo, y en ese todo abarcador aparece el año dos mil ese Doktor Freud, en un tomo editado por Felipe Galván.
Teatro, Mujer y País, una edición de Tablado Iberoamericano, tomo con 300 páginas, con diez dramaturgas, diez plumas con una peculiaridad de decir al mundo, con un prólogo de María del Carmen García Aguilar, quien en ese momento era directora del Centro de Estudios del Género; y por supuesto la presentación de Felipe Galván, quien fue (es) el coordinador principal de la edición independiente ya mencionada.
Luisa Josefina Hernández, Martha Cerda, Mary Paz Gómez Pruneda, Gabriela Ynclán, Gilda Salinas, Susana Robles, Elba Cortés, María Antonia Valle, Verónica Langer, Sabina Berman. Las autoras de este tomo. Cada una con una historia particularísima, con un estilo, una propuesta, un decir buenos días al siglo que entraba, pero, lo clave, la aportación con sus antecedentes del estudio del trabajo de las mujeres.
Felipe en la presentación menciona a Olga Martha Peña Doria como una de las pioneras, no menciona a Socorro Merlín. Dice una gran verdad, pocos son los estudios del trabajo de la mujer en los terrenos del arte.
Sabina Berman saludó al Siglo con Freud. Cuestionó la validez, directriz de un personaje histórico; ya lo había hecho con Trotski en ese libro del 85, esa revisión a la historia contemporánea.
Teatro de Sabina Berman, el libro de junio de 1985, con la portada de Alberto Diez, con el transitar por las calles del centro histórico de la Ciudad de México a días de septiembre.
Julio de 1985 el maestro publica. Junio del mismo año la alumna está presente; ya había editado, dos años antes, en la antología Más Teatro Joven, una de las obras de junio.
Camino por la calle de Luis González Obregón, por la zona centro, cerca del zócalo, entre esos edificios de cantera, entre lo nublado anunciador de una próxima tormenta.
Es la presentación del libro de Sabina Berman; es la calle en donde se encuentra la sede de la casa de Editores Mexicanos Unidos. Aún falta para la presentación, pero, esa posibilidad de lluvia me hace caminar con prisa.
Esta zona de la ciudad me recuerda Aura. Cada personaje lo siento fuera de lo cotidiano del resto de la urbe. Posiblemente me los encuentre en otra parte, pero aquí, la estructura arquitectónica me hace sentirlo diferente.
Aura, Carlos Fuentes, pero ahora no quiero hablar de él, el autor de La Región Más Transparente, tampoco camino por Donceles, sino por Luis González Obregón; aún así, Aura está presente.
Los libros nos acompañan por años, los hay que son para toda la vida, forman parte de nuestro cotidiano emocional. Estos anteriores al sismo marcaron, sí, bastante. Teatro de Sabina Berman.
Leer la obra, la versión de este tomo, fue todo un acontecimiento. Después vendría Feliz Nuevo Siglo, Doktor Freud, después vendrían otros aconteceres, otra obra, otro todo, y en ese todo abarcador aparece el año dos mil ese Doktor Freud, en un tomo editado por Felipe Galván.
Teatro, Mujer y País, una edición de Tablado Iberoamericano, tomo con 300 páginas, con diez dramaturgas, diez plumas con una peculiaridad de decir al mundo, con un prólogo de María del Carmen García Aguilar, quien en ese momento era directora del Centro de Estudios del Género; y por supuesto la presentación de Felipe Galván, quien fue (es) el coordinador principal de la edición independiente ya mencionada.
Luisa Josefina Hernández, Martha Cerda, Mary Paz Gómez Pruneda, Gabriela Ynclán, Gilda Salinas, Susana Robles, Elba Cortés, María Antonia Valle, Verónica Langer, Sabina Berman. Las autoras de este tomo. Cada una con una historia particularísima, con un estilo, una propuesta, un decir buenos días al siglo que entraba, pero, lo clave, la aportación con sus antecedentes del estudio del trabajo de las mujeres.
Felipe en la presentación menciona a Olga Martha Peña Doria como una de las pioneras, no menciona a Socorro Merlín. Dice una gran verdad, pocos son los estudios del trabajo de la mujer en los terrenos del arte.
Sabina Berman saludó al Siglo con Freud. Cuestionó la validez, directriz de un personaje histórico; ya lo había hecho con Trotski en ese libro del 85, esa revisión a la historia contemporánea.
Teatro de Sabina Berman, el libro de junio de 1985, con la portada de Alberto Diez, con el transitar por las calles del centro histórico de la Ciudad de México a días de septiembre.
Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
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