Por José Ruiz Mercado
La teatralidad. La escena. El dialogo en movimiento. El comentario visual en un lenguaje en donde, el escucha está en función de la corporalidad. Desde los orígenes el lenguaje antes del habla está oscilante.
El ritual trae un tambor con el vuelo de las manos. La libertad implícita del reconocimiento del universo. De nuevo Nicolás Núñez. Danza, música; la luz solar en el lunar de lo dual.
Sin movimiento no existe el tiempo. Sin tiempo la luz y la sombra sería la ambigüedad, los claroscuros de la fogata cercana. La luna con su resonar de plata, el sol.
La iluminación provoca, genera instantes, no sólo enfatiza la acción del personaje, va más allá en lo barroco existencial, es música silente, es danza.
La música está ahí. En ocasiones acompañante. En otras, protagónica, decidida, llena de luz. Teatral.
Hubo una vez cuando el conocimiento inicio su disolvencia para entrar en el submundo de las especialidades, cuando se estudió la danza y el teatro como entidades separadas. El sonido fuera de la luz.
La necesidad de volver a unificarse. De hablar por un momento de la danza universal. Así, el Comité de Danza Internacional, organismo del Instituto Internacional del Teatro, instaura en 1982 la festividad de la Danza.
Teatro es el espacio del rito. Y la danza está relacionada con la fiesta, la congregación. El conjunto de elementos dónde la sociedad en su conjunto está presente: la poiesis griega.
El 29 de abril es el natalicio de Jean George Noverre, grande entre los grandes de la danza moderna. El Comité de la Danza decide homenajearlo en la permanencia del tiempo.
Cuando nos olvidamos de nuestros personajes perdemos la dimensión. Perdemos lo humano para convertirnos en objetos, para convertirnos en amorfos insensibles de una maquinaria mayor.
29 de Abril de 2020, el mensaje al mundo, de Gregory Vuyani Maqoma, bailarín, coreógrafo, docente, actor sudafricano: El Artaud de la danza, el teatro de la crueldad presente: “Y el propósito se convierte en una sola danza hidra, invencible e indivisible. Todo lo que necesitamos ahora es bailar ¡Un poco más!”
Una danza hidra, invencible. Nos dice Vuyani Maqoma, con su revisión a su profesión. Necesitamos, requerimos, conciencia del mundo, ese acto colectivo en la teatralidad.
“A medida que bailamos con nuestros cuerpos cayendo en el espacio y enredando juntos nos convertimos en una fuerza de movimiento tejiendo corazones, tocando almas y proporcionando curación que es tan desesperadamente necesaria”
Enredando juntos, nuestros cuerpos, fuerza de movimiento; la curación desesperadamente necesaria. La propuesta de Vuyani, la lectura de la danza, la colectivización a través de las redes sociales, así, a la distancia.
29 de abril. 38 años celebrando el movimiento. Porque el universo se mueve.
La teatralidad. La escena. El dialogo en movimiento. El comentario visual en un lenguaje en donde, el escucha está en función de la corporalidad. Desde los orígenes el lenguaje antes del habla está oscilante.
El ritual trae un tambor con el vuelo de las manos. La libertad implícita del reconocimiento del universo. De nuevo Nicolás Núñez. Danza, música; la luz solar en el lunar de lo dual.
Sin movimiento no existe el tiempo. Sin tiempo la luz y la sombra sería la ambigüedad, los claroscuros de la fogata cercana. La luna con su resonar de plata, el sol.
La iluminación provoca, genera instantes, no sólo enfatiza la acción del personaje, va más allá en lo barroco existencial, es música silente, es danza.
La música está ahí. En ocasiones acompañante. En otras, protagónica, decidida, llena de luz. Teatral.
Hubo una vez cuando el conocimiento inicio su disolvencia para entrar en el submundo de las especialidades, cuando se estudió la danza y el teatro como entidades separadas. El sonido fuera de la luz.
La necesidad de volver a unificarse. De hablar por un momento de la danza universal. Así, el Comité de Danza Internacional, organismo del Instituto Internacional del Teatro, instaura en 1982 la festividad de la Danza.
Teatro es el espacio del rito. Y la danza está relacionada con la fiesta, la congregación. El conjunto de elementos dónde la sociedad en su conjunto está presente: la poiesis griega.
El 29 de abril es el natalicio de Jean George Noverre, grande entre los grandes de la danza moderna. El Comité de la Danza decide homenajearlo en la permanencia del tiempo.
Cuando nos olvidamos de nuestros personajes perdemos la dimensión. Perdemos lo humano para convertirnos en objetos, para convertirnos en amorfos insensibles de una maquinaria mayor.
29 de Abril de 2020, el mensaje al mundo, de Gregory Vuyani Maqoma, bailarín, coreógrafo, docente, actor sudafricano: El Artaud de la danza, el teatro de la crueldad presente: “Y el propósito se convierte en una sola danza hidra, invencible e indivisible. Todo lo que necesitamos ahora es bailar ¡Un poco más!”
Una danza hidra, invencible. Nos dice Vuyani Maqoma, con su revisión a su profesión. Necesitamos, requerimos, conciencia del mundo, ese acto colectivo en la teatralidad.
“A medida que bailamos con nuestros cuerpos cayendo en el espacio y enredando juntos nos convertimos en una fuerza de movimiento tejiendo corazones, tocando almas y proporcionando curación que es tan desesperadamente necesaria”
Enredando juntos, nuestros cuerpos, fuerza de movimiento; la curación desesperadamente necesaria. La propuesta de Vuyani, la lectura de la danza, la colectivización a través de las redes sociales, así, a la distancia.
29 de abril. 38 años celebrando el movimiento. Porque el universo se mueve.
Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
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