Por José Ruiz Mercado
Un libro es un viaje hacia el universo, hacia la historia, hacia ninguna parte y a la vez se vuelve tan propio en el universo. La historia de un espacio. De un momento de la cultura mexicana,
HAY MUCHO DE PENÉLOPE EN ULISES es el libro de la reflexión. Publicado por el Instituto Mexiquense de Cultura el año del 2011, escrito Vicente Quirarte, tres años antes.
La reflexión está dada. Una etapa de México del Siglo XX, la creación de un espacio y sus acompañantes, mejor dicho, de sus generadores del gran viaje, sus personajes. Quirarte nos va descubriendo los hilos internos de la estética con diálogos tajantes, irónicos; los cuales, nos inducen a un naturalismo histriónico.
Sus estudios de la vida y obra de los contemporáneos (su entrada a la Academia Mexicana de la Lengua: El México de los Contemporáneos en 2004, el cual le contestó Alí Chumacero), principalmente de Gilberto Owen, lo llevan a hacer una radiografía de la época y, así entrar a la tónica de la obra.
HAY MUCHO DE PENÉLOPE EN ULISES nos lleva a la búsqueda de otros lenguajes. Cuestiona la ñoñez de quienes no se atreven a experimentar, se quedan en el camino seguro del esquematismo. Eso la vuelve actual.
En el título está implícito el contenido. Ese juego dualístico de la femineidad en la masculinidad. El trabajo de las actrices en la constitución de ese espacio emblemático del foro Ulises, la propuesta de Los Contemporáneos.
Los personajes son ellos. Los conflictos al rompimiento declamatorio del teatro de la época. No olvidemos las clases de actuación con la clase de declamación, la cual marcó toda una etapa, incluyendo el libro más vendido: El Declamador sin Maestro, o los actores de la XEW, aquella “voz de la América Latina Desde México” Toda una etapa.
“Vamos a hacer un teatro que no es teatro” Lo dice uno de los personajes. Un teatro rompedor incluso del espacio. La ironía hacia los periodistas con la vieja escuela. La dificultad de los actores educados en lo declamatorio.
Un cuestionamiento a la educación teatral. Vicente Quirarte tiene una amplia trayectoria con sus trabajos de investigación. Sabe las carencias, de esa teatralidad no enseñada en las aulas, la complejidad del fenómeno escénico.
Sin llegar a ser didáctica la obra, es una lección de análisis. Sin llegar a ser histórica sostiene esa historicidad. Sin ser un tratado de actuación nos muestra las entrañas. Todo y nada porque en la nadeidad encontramos la esencia.
Un libro, y este lo asume, es un viaje en el conocimiento de Simbad, la obra cumbre de Gilberto Owen. El viaje que es la vida en la infinitud del marinero a la mar.
El libro, la obra, es un canto, el escucha son los actores. Una obra de reflexión en un libro para leerse una y otra vez. Un libro que leí en uno de mis viajes a Toluca, y que hoy vuelvo a leer en homenaje a Los Contemporáneos, a quienes nos han dado historia.
Por último, este texto lo inicio cuando Che Ché, mi gata, iniciaba su viaje.
Un libro es un viaje hacia el universo, hacia la historia, hacia ninguna parte y a la vez se vuelve tan propio en el universo. La historia de un espacio. De un momento de la cultura mexicana,
HAY MUCHO DE PENÉLOPE EN ULISES es el libro de la reflexión. Publicado por el Instituto Mexiquense de Cultura el año del 2011, escrito Vicente Quirarte, tres años antes.
La reflexión está dada. Una etapa de México del Siglo XX, la creación de un espacio y sus acompañantes, mejor dicho, de sus generadores del gran viaje, sus personajes. Quirarte nos va descubriendo los hilos internos de la estética con diálogos tajantes, irónicos; los cuales, nos inducen a un naturalismo histriónico.
Sus estudios de la vida y obra de los contemporáneos (su entrada a la Academia Mexicana de la Lengua: El México de los Contemporáneos en 2004, el cual le contestó Alí Chumacero), principalmente de Gilberto Owen, lo llevan a hacer una radiografía de la época y, así entrar a la tónica de la obra.
HAY MUCHO DE PENÉLOPE EN ULISES nos lleva a la búsqueda de otros lenguajes. Cuestiona la ñoñez de quienes no se atreven a experimentar, se quedan en el camino seguro del esquematismo. Eso la vuelve actual.
En el título está implícito el contenido. Ese juego dualístico de la femineidad en la masculinidad. El trabajo de las actrices en la constitución de ese espacio emblemático del foro Ulises, la propuesta de Los Contemporáneos.
Los personajes son ellos. Los conflictos al rompimiento declamatorio del teatro de la época. No olvidemos las clases de actuación con la clase de declamación, la cual marcó toda una etapa, incluyendo el libro más vendido: El Declamador sin Maestro, o los actores de la XEW, aquella “voz de la América Latina Desde México” Toda una etapa.
“Vamos a hacer un teatro que no es teatro” Lo dice uno de los personajes. Un teatro rompedor incluso del espacio. La ironía hacia los periodistas con la vieja escuela. La dificultad de los actores educados en lo declamatorio.
Un cuestionamiento a la educación teatral. Vicente Quirarte tiene una amplia trayectoria con sus trabajos de investigación. Sabe las carencias, de esa teatralidad no enseñada en las aulas, la complejidad del fenómeno escénico.
Sin llegar a ser didáctica la obra, es una lección de análisis. Sin llegar a ser histórica sostiene esa historicidad. Sin ser un tratado de actuación nos muestra las entrañas. Todo y nada porque en la nadeidad encontramos la esencia.
Un libro, y este lo asume, es un viaje en el conocimiento de Simbad, la obra cumbre de Gilberto Owen. El viaje que es la vida en la infinitud del marinero a la mar.
El libro, la obra, es un canto, el escucha son los actores. Una obra de reflexión en un libro para leerse una y otra vez. Un libro que leí en uno de mis viajes a Toluca, y que hoy vuelvo a leer en homenaje a Los Contemporáneos, a quienes nos han dado historia.
Por último, este texto lo inicio cuando Che Ché, mi gata, iniciaba su viaje.
Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
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