Por José Ruiz Mercado
Los accidentes no existen. Se provocan.
La muerte de dos actores acontecida hace unos días en plena actividad nos remite a varias preguntas más allá de esa visión idealizada de la muerte en el límite, morir haciendo lo que te gusta.
“Morir no es lo peor/ Es lo último” escribió Jaime Augusto Shelley, poeta miembro de la Espiga Amotinada hace ya algunos ayeres. Hoy se vuelve eco de conciencias.
Hablo de conciencias porque en algún lugar debe de estar la campana llamando a la misse en escena. A la virtual llamada de atención a los responsables de no activar la alarma.
La actividad en el escenario conlleva muchos riesgos. Desde el esfuerzo físico, el corazón a cien similar a un atleta de alto rendimiento. Por eso existe la especialidad en la medicina del deporte. La primera interrogante ¿Por qué no la hay en la medicina del arte? Quienes saben de esto hablan de la diferencia en una luxación. No es lo mismo luxarse con un balón que con un paso de danza.
Los viajes llevan riesgos ¿Cuántas veces hemos leído en las redes sociales la solidaridad con compañeros en gira por un accidente en carretera? Nada más porque, quien los contrató se le olvido contratar un seguro de accidente.
Podría seguir relatando la problemática laboral de quien ha tomado como profesión el arte, sin mencionar ¿A los cuántos años es merecedor de una jubilación digna? Ah, pero eso sí, hacienda está dispuesta a cobrar hasta el último centavo.
Jorge Navarro murió en un “accidente” ¿Acaso está catalogado como accidente de trabajo? La verdad no lo sé. Desconozco el protocolo de la empresa contratante.
Jorge Navarro fue egresado de la Escuela de Teatro de Xalisco. Participó en varios montajes memorables bajo la dirección de Moisés Orozco. Se ganó el cariño de sus compañeros por su dedicación y entrega a su oficio.
Hablo de Jorge porque me tocó conocerlo. De alguna manera estuve en su historia. Eso se agradece. Me tocó verlo crecer a través de su trabajo. Primero como estudiante, luego en su vida profesional.
Hoy estamos de luto.
Los accidentes no existen. Se provocan.
La muerte de dos actores acontecida hace unos días en plena actividad nos remite a varias preguntas más allá de esa visión idealizada de la muerte en el límite, morir haciendo lo que te gusta.
“Morir no es lo peor/ Es lo último” escribió Jaime Augusto Shelley, poeta miembro de la Espiga Amotinada hace ya algunos ayeres. Hoy se vuelve eco de conciencias.
Hablo de conciencias porque en algún lugar debe de estar la campana llamando a la misse en escena. A la virtual llamada de atención a los responsables de no activar la alarma.
La actividad en el escenario conlleva muchos riesgos. Desde el esfuerzo físico, el corazón a cien similar a un atleta de alto rendimiento. Por eso existe la especialidad en la medicina del deporte. La primera interrogante ¿Por qué no la hay en la medicina del arte? Quienes saben de esto hablan de la diferencia en una luxación. No es lo mismo luxarse con un balón que con un paso de danza.
Los viajes llevan riesgos ¿Cuántas veces hemos leído en las redes sociales la solidaridad con compañeros en gira por un accidente en carretera? Nada más porque, quien los contrató se le olvido contratar un seguro de accidente.
Podría seguir relatando la problemática laboral de quien ha tomado como profesión el arte, sin mencionar ¿A los cuántos años es merecedor de una jubilación digna? Ah, pero eso sí, hacienda está dispuesta a cobrar hasta el último centavo.
Jorge Navarro murió en un “accidente” ¿Acaso está catalogado como accidente de trabajo? La verdad no lo sé. Desconozco el protocolo de la empresa contratante.
Jorge Navarro fue egresado de la Escuela de Teatro de Xalisco. Participó en varios montajes memorables bajo la dirección de Moisés Orozco. Se ganó el cariño de sus compañeros por su dedicación y entrega a su oficio.
Hablo de Jorge porque me tocó conocerlo. De alguna manera estuve en su historia. Eso se agradece. Me tocó verlo crecer a través de su trabajo. Primero como estudiante, luego en su vida profesional.
Hoy estamos de luto.
Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
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