Por José Ruiz Mercado
Conocí primero la puesta en escena. Quise imaginarme el texto. Hice bosquejos mentales de ese cómo, los borré de mi mente una y otra vez. Una puesta en escena inteligente. El manejo de varias áreas del escenario me movía. Me llevaba de un tiempo a otro, de un instante a la eternidad ¿Cómo será el texto? Mi duda cautiva.
Entrarle al mundo del western para mencionar el mundo del narcotráfico en un manejo irónico, entre el comic pasquinero de los años sesenta del libro vaquero, y el mundo actual, de la reminiscencia de las series del western espagueti. Un texto difícil en donde el manejo peculiar de un estilo, otro, más allá de los senderos del pos modernismo. Uno conjugador de muchos para hacer otro. San Sipriano Redentor y los Lágrima Team es el título de esta obra.
Luego me tocó escuchar al autor en una conferencia. Acto de lucidez, de años de entrega, estudio. Luego me tocó leer un estudio teórico, digno de leerse una y otra vez.
Un libro en dónde la propuesta escénica dejaba ver su conocimiento teórico-práctico de la entrega del actor. Luego supe de su participación como fundador del Centro para la Experimentación de la Acción Mínima.
La Acción Mínima, la expresión del discurso. Los elementos básicos del movimiento. La iluminación propiciatoria tempo-espacio como un documental en un conocimiento cinematográfico.
Entonces voy de la puesta en escena al texto, para de este regresar a la puesta en escena. Estilo fruto de la contemporaneidad de la velocidad en el tiempo; la metáfora del pistolero más rápido.
Ese bajo mundo dicho, visto, documentado en un juego de diálogos disparatados por ser tan coherentes como una charla ocasional.
Luis Bizarro, quien dirige la Compañía Teatro Bárbaro en Chihuahua me hizo llegar un ejemplar en dónde se encuentra editada la obra. La leo. Intento olvidarme de la maravillosa puesta.
Editado en mayo del 2013 por Teatro de la Gruta XII. La sorpresa, uno de los ganadores del Premio Nacional de Dramaturgia 2012 “Gerardo Mancebo del Castillo, en la Ciudad de México.
La ironía, el humor negro. En uno de los diálogos se hace mención de la beneficiaria: La presidenta del sindicato de rezadoras del calvario cautivo. Nos remite al teatro del absurdo latinoamericano. La pos modernidad en pleno.
La Vanguardia pretendió romper con todo lo anterior, la pos modernidad al contrario. Se nutre del pasado, de la historia, para hacer la obra. Otro estilo, el cual, Raúl Valles, toma para presentar (representar) la contemporaneidad.
El ejercicio está completo. Ahora sí, del Texto a la Puesta en escena para de ahí al texto nuevamente. De nuevo la lectura, de nuevo el placer del análisis, la propuesta del estilo.
Gracias a Luis Bizarro puedo retomar el rumbo de Raúl Valles, nacido en Ciudad Juárez, Chihuahua. Y sigo con la idea de investigar la escena nacional, de ofrecer una panorámica de lo acontecido en la nación.
Conocí primero la puesta en escena. Quise imaginarme el texto. Hice bosquejos mentales de ese cómo, los borré de mi mente una y otra vez. Una puesta en escena inteligente. El manejo de varias áreas del escenario me movía. Me llevaba de un tiempo a otro, de un instante a la eternidad ¿Cómo será el texto? Mi duda cautiva.
Entrarle al mundo del western para mencionar el mundo del narcotráfico en un manejo irónico, entre el comic pasquinero de los años sesenta del libro vaquero, y el mundo actual, de la reminiscencia de las series del western espagueti. Un texto difícil en donde el manejo peculiar de un estilo, otro, más allá de los senderos del pos modernismo. Uno conjugador de muchos para hacer otro. San Sipriano Redentor y los Lágrima Team es el título de esta obra.
Luego me tocó escuchar al autor en una conferencia. Acto de lucidez, de años de entrega, estudio. Luego me tocó leer un estudio teórico, digno de leerse una y otra vez.
Un libro en dónde la propuesta escénica dejaba ver su conocimiento teórico-práctico de la entrega del actor. Luego supe de su participación como fundador del Centro para la Experimentación de la Acción Mínima.
La Acción Mínima, la expresión del discurso. Los elementos básicos del movimiento. La iluminación propiciatoria tempo-espacio como un documental en un conocimiento cinematográfico.
Entonces voy de la puesta en escena al texto, para de este regresar a la puesta en escena. Estilo fruto de la contemporaneidad de la velocidad en el tiempo; la metáfora del pistolero más rápido.
Ese bajo mundo dicho, visto, documentado en un juego de diálogos disparatados por ser tan coherentes como una charla ocasional.
Luis Bizarro, quien dirige la Compañía Teatro Bárbaro en Chihuahua me hizo llegar un ejemplar en dónde se encuentra editada la obra. La leo. Intento olvidarme de la maravillosa puesta.
Editado en mayo del 2013 por Teatro de la Gruta XII. La sorpresa, uno de los ganadores del Premio Nacional de Dramaturgia 2012 “Gerardo Mancebo del Castillo, en la Ciudad de México.
La ironía, el humor negro. En uno de los diálogos se hace mención de la beneficiaria: La presidenta del sindicato de rezadoras del calvario cautivo. Nos remite al teatro del absurdo latinoamericano. La pos modernidad en pleno.
La Vanguardia pretendió romper con todo lo anterior, la pos modernidad al contrario. Se nutre del pasado, de la historia, para hacer la obra. Otro estilo, el cual, Raúl Valles, toma para presentar (representar) la contemporaneidad.
El ejercicio está completo. Ahora sí, del Texto a la Puesta en escena para de ahí al texto nuevamente. De nuevo la lectura, de nuevo el placer del análisis, la propuesta del estilo.
Gracias a Luis Bizarro puedo retomar el rumbo de Raúl Valles, nacido en Ciudad Juárez, Chihuahua. Y sigo con la idea de investigar la escena nacional, de ofrecer una panorámica de lo acontecido en la nación.
Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
Comentarios
Publicar un comentario