Por José Ruiz Mercado
La magia puede ir tan lejos como deseemos. Ese deseo inmerso en la percepción del mundo. La magia puede ir tan lejos en la medida permitida a nuestro cerebro abrirse a la percepción. Cuna hace historia, o bien, de que color son tus pañales. Color, color es ese infinito de estructuras multiétnicas.
Si la esencia del humano es una condena a ser libre, sólo es este quien delimita esa esencialidad. Nadie es responsable de las acciones individuales que el individuo mismo.
Este niega su libertad absoluta cuando elige comportarse como un ser inerte, cuando se cosifica, cuando se enajena al extremo de ver su felicidad en algo externo. Se convierte en el objeto deseado al perder su esencia.
El miedo a la libertad surge del choque emocional con lo aparente, una sociedad jamás llegará a su plenitud mientras los individuos que la componen nieguen su conciencia histórica, es decir, su multiétnicidad.
A partir del conocimiento de la realidad (el mundo y el individuo, el individuo y el mundo) a través de la experiencia de la propia existencia, nos dice Sartre, es el momento de ese devenir histórico. El pasado no son recuerdos, sino la materia prima para el futuro.
El método estructuralista se fundamenta en el análisis de la sociedad a partir de sus relaciones formales. Busca en términos amplios y básicos las estructuras mediante las cuales se produce el significado de cultura. La epistemología genética de Jean Piaget.
Aquí nuestro estudio con sus respectivas cuestionantes ¿Por qué en el teatro buscamos lo externo como ideal? Directamente ¿Por qué preferimos a los autores de fuera antes que a los propios? Pero, cuidado, con esto jamás hablo de la negación del otro. Reconocer la otredad conlleva conocer lo propio.
Felipe Reyes Palacios escribió una obra en donde el enfrentamiento al mundo, en este reconocerse en la otredad, lo volvió viral. En una estructura monologal, un ebrio se encuentra a sí mismo en una situación límite. La anécdota es simple. Un ebrio cae a una tumba. Cuando despierta se cree muerto. Un enterrador lo descubre.
La situación irónica tanto como las reflexiones del ebrio. El simbolismo grande, los diálogos del enterrador, sin proponérselo, llevan al primero a hacer un recuento de su vida. Recuerdos vivenciales provocan mirar adelante. El individuo y el mundo.
Diálogo Entre el Enterrador y un Zapatero, publicada en la antología Teatro Joven de México, el año de 1984, estrenada en 1967 en el programa Tótli Mondi, dirigido por Luisa Josefina Hernández y Guillermina Bravo, con Federico Vega y Héctor Téllez. Una obra corta en donde nos permite la reflexión en una actitud irónica, aptitud individual hacia el mundo.
A la fecha tres han sido los autores que se han adentrado en esta problemática del teatro como una cura espiritual al adentrarse en las profundidades del ser; Felipe, como investigador incursiona en el conocimiento de las raíces del teatro mexicano, pero, además, entra en esta espiritualidad del conocimiento con su libro: Artaud y Grotowski ¿El Teatro Dionisiaco de Nuestro Tiempo?, publicado por la UNAM en 1991.
Nicolás Núñez con su teatro antropocósmico, quien afirma al teatro como un mito, una forma de alcanzar el conocimiento profundo de uno mismo; y, por supuesto Gabriel Wiesz. Ya es tiempo de vernos a nuestro interior.
La magia puede ir tan lejos como deseemos. Ese deseo inmerso en la percepción del mundo. La magia puede ir tan lejos en la medida permitida a nuestro cerebro abrirse a la percepción. Cuna hace historia, o bien, de que color son tus pañales. Color, color es ese infinito de estructuras multiétnicas.
Si la esencia del humano es una condena a ser libre, sólo es este quien delimita esa esencialidad. Nadie es responsable de las acciones individuales que el individuo mismo.
Este niega su libertad absoluta cuando elige comportarse como un ser inerte, cuando se cosifica, cuando se enajena al extremo de ver su felicidad en algo externo. Se convierte en el objeto deseado al perder su esencia.
El miedo a la libertad surge del choque emocional con lo aparente, una sociedad jamás llegará a su plenitud mientras los individuos que la componen nieguen su conciencia histórica, es decir, su multiétnicidad.
A partir del conocimiento de la realidad (el mundo y el individuo, el individuo y el mundo) a través de la experiencia de la propia existencia, nos dice Sartre, es el momento de ese devenir histórico. El pasado no son recuerdos, sino la materia prima para el futuro.
El método estructuralista se fundamenta en el análisis de la sociedad a partir de sus relaciones formales. Busca en términos amplios y básicos las estructuras mediante las cuales se produce el significado de cultura. La epistemología genética de Jean Piaget.
Aquí nuestro estudio con sus respectivas cuestionantes ¿Por qué en el teatro buscamos lo externo como ideal? Directamente ¿Por qué preferimos a los autores de fuera antes que a los propios? Pero, cuidado, con esto jamás hablo de la negación del otro. Reconocer la otredad conlleva conocer lo propio.
Felipe Reyes Palacios escribió una obra en donde el enfrentamiento al mundo, en este reconocerse en la otredad, lo volvió viral. En una estructura monologal, un ebrio se encuentra a sí mismo en una situación límite. La anécdota es simple. Un ebrio cae a una tumba. Cuando despierta se cree muerto. Un enterrador lo descubre.
La situación irónica tanto como las reflexiones del ebrio. El simbolismo grande, los diálogos del enterrador, sin proponérselo, llevan al primero a hacer un recuento de su vida. Recuerdos vivenciales provocan mirar adelante. El individuo y el mundo.
Diálogo Entre el Enterrador y un Zapatero, publicada en la antología Teatro Joven de México, el año de 1984, estrenada en 1967 en el programa Tótli Mondi, dirigido por Luisa Josefina Hernández y Guillermina Bravo, con Federico Vega y Héctor Téllez. Una obra corta en donde nos permite la reflexión en una actitud irónica, aptitud individual hacia el mundo.
A la fecha tres han sido los autores que se han adentrado en esta problemática del teatro como una cura espiritual al adentrarse en las profundidades del ser; Felipe, como investigador incursiona en el conocimiento de las raíces del teatro mexicano, pero, además, entra en esta espiritualidad del conocimiento con su libro: Artaud y Grotowski ¿El Teatro Dionisiaco de Nuestro Tiempo?, publicado por la UNAM en 1991.
Nicolás Núñez con su teatro antropocósmico, quien afirma al teatro como un mito, una forma de alcanzar el conocimiento profundo de uno mismo; y, por supuesto Gabriel Wiesz. Ya es tiempo de vernos a nuestro interior.
Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
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