Por José Ruiz Mercado
La historiografía teatral nos ha dado material valioso. Editados en diversos estados de la República nos permiten el viaje por los escenarios. Sus aportaciones nos permiten la interpretación de la crisis, la conflictiva, la toma de conciencia, de las vanguardias, tanto políticas como estéticas. Las ciudades crecen.
En 1975 nace una beca otorgada por un fidecomiso, herencia de un ciudadano cuya vida estuvo dedicada al arte. Un ciudadano cuya trayectoria, actividad, estuvo presente en la escena nacional.
Cronista de la Ciudad de México en los últimos años de su vida. Sus aportaciones a la historia regional la escuchábamos en la televisión. Jacobo Zabludovsky Kraveski lo anunciaba en su noticiario.
Desde la calle de Salvador Novo, Salvador Novo… Se escuchaba todas las noches. Nos hablaba de las calles, de la comida típica, siempre con una certeza, un conocimiento, un manejo del lenguaje convencido de lo dicho como buen miembro de la Academia de la Legua.
Para el teatro escribió verdaderas joyas: La culta dama (1951), Yocasta o casi (1961), Ha vuelto Ulises (1962), El sofá (1964) y Diálogo de ilustres en la Rotonda (1966), entre otras. Traductor de varias obras, incluyendo textos para niños. Poeta miembro del grupo de Los Contemporáneos. Su obra es digna de ser leída una y otra vez. Sus aportaciones, su ironía marcaron toda su producción.
Siendo parte de la administración del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), como jefe del departamento de teatro, abrió las puertas a los jóvenes autores de los cincuenta al Palacio de Bellas Artes. Así se dieron a conocer, entre otros, Emilio Carballido. Las críticas no se hicieron esperar.
A su muerte, en enero de 1974, deja una carta testamentaria para crear una beca para jóvenes autores. Misma al resguardo del INBA, COLEGIO DE MÉXICO y el CENTRO MEXICANO DE ESCRITORES, quedando como responsables: Héctor Azar, Magritte Frenk Alatorre y Francisco Monterde.
A finales de ese año aparece la convocatoria, la beca Salvador Novo para escritores con obra, cuya edad fluctúe entre los 18 y 22 años, con reconocimientos. El jurado fue académico, mordaz, nada complaciente. Tres en las cuatro áreas de la literatura: Dramaturgia, Poesía, Narrativa, Ensayo y una en actuación.
En teatro fueron otorgadas a Miguel Ángel Tenorio, quien había ganado el Premio INJUVE (1973), hoy día inexistente, publicado en Teatro Joven de México, en Editorial Novaro; ese libro hoy joya bibliográfica, antologado por Emilio Carballido. Actualmente tiene un programa radiofónico en Radio SOGEM. Recientemente develó placa por sus monólogos Instantáneas de la Ciudad, y ,Las Heridas y los Recuerdos ( Los Recuerdos del 68.)
Ricardo Pérez Quitt, autor originario de Atlixco, Puebla. Cuya obra a la fecha continúa dando de qué hablar. Confesiones de Cristóbal Colón, dirigida por Martha Luna, en 1992, obtuvo la Medalla de Oro de la Comisión V Centenario INBA. Su teatro ha sido traducido al inglés, francés y marroquí. Edita la revista especializada en teatro: El Centavo.
La Benemérita Universidad de Puebla publica en 1999: Historia del Teatro en Puebla (Siglos XVI a XX) Viaje sagrado a través de los recintos poblanos, de las bibliotecas, de revisar textos, programas de mano. Como el mismo dice: un detalle del vasto mural histórico.
A más de cuarenta años de esa beca otorgada por quien sabe de esto; por ese conocimiento, de sensibilidad, la dramaturgia sigue viva en un viaje por los escenarios de México.
Del tercer dramaturgo luego les comento. Sólo les diré que continúa divirtiéndose en grande.
José Ruiz Mercado
Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
La historiografía teatral nos ha dado material valioso. Editados en diversos estados de la República nos permiten el viaje por los escenarios. Sus aportaciones nos permiten la interpretación de la crisis, la conflictiva, la toma de conciencia, de las vanguardias, tanto políticas como estéticas. Las ciudades crecen.
En 1975 nace una beca otorgada por un fidecomiso, herencia de un ciudadano cuya vida estuvo dedicada al arte. Un ciudadano cuya trayectoria, actividad, estuvo presente en la escena nacional.
Cronista de la Ciudad de México en los últimos años de su vida. Sus aportaciones a la historia regional la escuchábamos en la televisión. Jacobo Zabludovsky Kraveski lo anunciaba en su noticiario.
Desde la calle de Salvador Novo, Salvador Novo… Se escuchaba todas las noches. Nos hablaba de las calles, de la comida típica, siempre con una certeza, un conocimiento, un manejo del lenguaje convencido de lo dicho como buen miembro de la Academia de la Legua.
Para el teatro escribió verdaderas joyas: La culta dama (1951), Yocasta o casi (1961), Ha vuelto Ulises (1962), El sofá (1964) y Diálogo de ilustres en la Rotonda (1966), entre otras. Traductor de varias obras, incluyendo textos para niños. Poeta miembro del grupo de Los Contemporáneos. Su obra es digna de ser leída una y otra vez. Sus aportaciones, su ironía marcaron toda su producción.
Siendo parte de la administración del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), como jefe del departamento de teatro, abrió las puertas a los jóvenes autores de los cincuenta al Palacio de Bellas Artes. Así se dieron a conocer, entre otros, Emilio Carballido. Las críticas no se hicieron esperar.
A su muerte, en enero de 1974, deja una carta testamentaria para crear una beca para jóvenes autores. Misma al resguardo del INBA, COLEGIO DE MÉXICO y el CENTRO MEXICANO DE ESCRITORES, quedando como responsables: Héctor Azar, Magritte Frenk Alatorre y Francisco Monterde.
A finales de ese año aparece la convocatoria, la beca Salvador Novo para escritores con obra, cuya edad fluctúe entre los 18 y 22 años, con reconocimientos. El jurado fue académico, mordaz, nada complaciente. Tres en las cuatro áreas de la literatura: Dramaturgia, Poesía, Narrativa, Ensayo y una en actuación.
En teatro fueron otorgadas a Miguel Ángel Tenorio, quien había ganado el Premio INJUVE (1973), hoy día inexistente, publicado en Teatro Joven de México, en Editorial Novaro; ese libro hoy joya bibliográfica, antologado por Emilio Carballido. Actualmente tiene un programa radiofónico en Radio SOGEM. Recientemente develó placa por sus monólogos Instantáneas de la Ciudad, y ,Las Heridas y los Recuerdos ( Los Recuerdos del 68.)
Ricardo Pérez Quitt, autor originario de Atlixco, Puebla. Cuya obra a la fecha continúa dando de qué hablar. Confesiones de Cristóbal Colón, dirigida por Martha Luna, en 1992, obtuvo la Medalla de Oro de la Comisión V Centenario INBA. Su teatro ha sido traducido al inglés, francés y marroquí. Edita la revista especializada en teatro: El Centavo.
La Benemérita Universidad de Puebla publica en 1999: Historia del Teatro en Puebla (Siglos XVI a XX) Viaje sagrado a través de los recintos poblanos, de las bibliotecas, de revisar textos, programas de mano. Como el mismo dice: un detalle del vasto mural histórico.
A más de cuarenta años de esa beca otorgada por quien sabe de esto; por ese conocimiento, de sensibilidad, la dramaturgia sigue viva en un viaje por los escenarios de México.
Del tercer dramaturgo luego les comento. Sólo les diré que continúa divirtiéndose en grande.

Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
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