Por José Ruiz Mercado.
Caminar las calles, las recurrentes, las transitables en ese tráfico urbano de todos los días. Caminarlas, sí. No rodarlas, así jamás se conoce una ciudad, ni se puede ser turista del conocimiento.
Ahora lo veo caminar con un libro de Hugo Hiriart Urdanivia, Ginecomaquia, para ser exacto. El libro editado en el 2002, uno de esos libros, que de no tener tanta cinta tape en su portada, es una joya de edición.
Existe la leyenda urbana de su colaboración con Jaime Umberto Hermosillo en La Tarea, la película que vimos con María Rojo en 1990, fue en base a un proyecto de él. Pero sólo es una leyenda.
Pero, lo cierto es lo de otra película: Doña Herlinda y su Hijo, de 1984, de su participación en la supervisión. Ahí tuvimos, detrás de cámaras, como productor ejecutivo, a Guillermo del Toro, a un súper reparto, en dónde nos encontramos a Angélica Guerrero.
En su momento fueron filmes cuestionadores, atrevidos, en su temática, en su estructura. Hoy son parte de la historia del cine mexicano. Doña Herlinda…está considerada entre las cien mejores, ocupa el puesto número sesenta y cinco.
Sigo con las claves. En 1985 Sara Velasco edita dos tomos, fruto de una investigación exhaustiva: Escritores Jaliscienses. El tomo dos con autores nacidos entre 1900 y 1965. La Universidad de Guadalajara realizó la proeza.
En la solapa decía: Cerca de cuatrocientos nombres que conforman el amplio y fértil espacio literario de Jalisco se insertan en dos tomos que cubren el proceso evolutivo, tanto de los escritores como de sus respectivas obras, texto a cargo de Augusto Orea Marin.
Esta edición continúa siendo un referente para los estudiosos de la literatura, en un país dónde las políticas culturales siguen ausentes del catálogo de prioridades del México nuestro.
Y ahí, en el tomo dos, en la página 531 encontramos a Daniel Constantini, nacido en Uruapan, Michoacán el 8 de junio de 1952, con un muestreo de su obra poética.
Su participación en la pedagogía, principalmente, ha generado generaciones de actores valiosos para la escena local. Sus montajes han participado en muestras nacionales dignas de ser mencionadas. Intimidad, de Hugo Hiriart es tan sólo una muestra.
En 1983 participa en el décimo aniversario del grupo de Gabriel Gutiérrez, en elciclo Miércoles de Teatro Breve, con la obra: No hay Vacantes, el número dos de la colección, en donde nos habla del infortunio de quién, teniendo el conocimiento, no encuentra donde emplearse.
Como director ha estrenado obras claves para la escena. En 1996 estrena Yo soy Don Juan para servir a usted, la obra de Dante Medina, en el Teatro Guadalajara del IMSS, con música de Bernardo Colunga, Francisco (Pancho) Madrigal, y vestuario de Daniel Kent.
Obra de Dante Medina Magaña, publicada por Ágata, en Guadalajara, y años después en Italia. Retoma el mito de Don Juan, tiene como personajes a Luigi, Mario Bross; una mezcla entre la ciber cultura y la Commoedia D’ll Arte.
Para el 2012 Escenología, edita en un tomo, dos obras: Cuando Vuelvas y Otra Vez un Bolero, con un excelente prologo de Vicente Leñero, así como una acertada presentación de Edgar Ceballos.
Vicente Leñero nos dice, entre otras, el cómo Daniel logra, acertadamente, darnos un texto lleno de poesía, en temas tan escabrosos. En personajes que reflexionan acerca de su existencia. Todo magistralmente.
Sabe bien –gracias a su experiencia como actor y como responsable del acto teatral- que los recursos del desdoblamiento, del soliloquio orientado a una complejidad con el espectador, del uso del flash back espontáneo, sin artilugios cinematográficos sino evidentemente teatrales, generan convenciones dignas de una gramática escénica asumida en su forma y contenido.
La visión de dos personalidades del cine y del teatro, de quien sabe los dos lenguajes (Leñero y Constantini) Porque sólo quién conoce entiende como no mezclarlos.
Y así, lo veo caminar con su libro bajo el brazo, con sus alumnos de actuación, con su caminar bajo el estilo propio de Daniel. Toda una personalidad, todo un personaje teatral, porque sin dramaturgos no existe el teatro nacional, ni existen los estilos para la escena, ni siquiera la obra bien hecha, porque no existen las propuestas y, en su lugar persiste el sentimiento de provincia, la dependencia.
José Ruiz Mercado
Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
Caminar las calles, las recurrentes, las transitables en ese tráfico urbano de todos los días. Caminarlas, sí. No rodarlas, así jamás se conoce una ciudad, ni se puede ser turista del conocimiento.
Ahora lo veo caminar con un libro de Hugo Hiriart Urdanivia, Ginecomaquia, para ser exacto. El libro editado en el 2002, uno de esos libros, que de no tener tanta cinta tape en su portada, es una joya de edición.
Existe la leyenda urbana de su colaboración con Jaime Umberto Hermosillo en La Tarea, la película que vimos con María Rojo en 1990, fue en base a un proyecto de él. Pero sólo es una leyenda.
Pero, lo cierto es lo de otra película: Doña Herlinda y su Hijo, de 1984, de su participación en la supervisión. Ahí tuvimos, detrás de cámaras, como productor ejecutivo, a Guillermo del Toro, a un súper reparto, en dónde nos encontramos a Angélica Guerrero.
En su momento fueron filmes cuestionadores, atrevidos, en su temática, en su estructura. Hoy son parte de la historia del cine mexicano. Doña Herlinda…está considerada entre las cien mejores, ocupa el puesto número sesenta y cinco.
Sigo con las claves. En 1985 Sara Velasco edita dos tomos, fruto de una investigación exhaustiva: Escritores Jaliscienses. El tomo dos con autores nacidos entre 1900 y 1965. La Universidad de Guadalajara realizó la proeza.
En la solapa decía: Cerca de cuatrocientos nombres que conforman el amplio y fértil espacio literario de Jalisco se insertan en dos tomos que cubren el proceso evolutivo, tanto de los escritores como de sus respectivas obras, texto a cargo de Augusto Orea Marin.
Esta edición continúa siendo un referente para los estudiosos de la literatura, en un país dónde las políticas culturales siguen ausentes del catálogo de prioridades del México nuestro.
Y ahí, en el tomo dos, en la página 531 encontramos a Daniel Constantini, nacido en Uruapan, Michoacán el 8 de junio de 1952, con un muestreo de su obra poética.
Su participación en la pedagogía, principalmente, ha generado generaciones de actores valiosos para la escena local. Sus montajes han participado en muestras nacionales dignas de ser mencionadas. Intimidad, de Hugo Hiriart es tan sólo una muestra.
En 1983 participa en el décimo aniversario del grupo de Gabriel Gutiérrez, en elciclo Miércoles de Teatro Breve, con la obra: No hay Vacantes, el número dos de la colección, en donde nos habla del infortunio de quién, teniendo el conocimiento, no encuentra donde emplearse.
Como director ha estrenado obras claves para la escena. En 1996 estrena Yo soy Don Juan para servir a usted, la obra de Dante Medina, en el Teatro Guadalajara del IMSS, con música de Bernardo Colunga, Francisco (Pancho) Madrigal, y vestuario de Daniel Kent.
Obra de Dante Medina Magaña, publicada por Ágata, en Guadalajara, y años después en Italia. Retoma el mito de Don Juan, tiene como personajes a Luigi, Mario Bross; una mezcla entre la ciber cultura y la Commoedia D’ll Arte.
Para el 2012 Escenología, edita en un tomo, dos obras: Cuando Vuelvas y Otra Vez un Bolero, con un excelente prologo de Vicente Leñero, así como una acertada presentación de Edgar Ceballos.
Vicente Leñero nos dice, entre otras, el cómo Daniel logra, acertadamente, darnos un texto lleno de poesía, en temas tan escabrosos. En personajes que reflexionan acerca de su existencia. Todo magistralmente.
Sabe bien –gracias a su experiencia como actor y como responsable del acto teatral- que los recursos del desdoblamiento, del soliloquio orientado a una complejidad con el espectador, del uso del flash back espontáneo, sin artilugios cinematográficos sino evidentemente teatrales, generan convenciones dignas de una gramática escénica asumida en su forma y contenido.
La visión de dos personalidades del cine y del teatro, de quien sabe los dos lenguajes (Leñero y Constantini) Porque sólo quién conoce entiende como no mezclarlos.
Y así, lo veo caminar con su libro bajo el brazo, con sus alumnos de actuación, con su caminar bajo el estilo propio de Daniel. Toda una personalidad, todo un personaje teatral, porque sin dramaturgos no existe el teatro nacional, ni existen los estilos para la escena, ni siquiera la obra bien hecha, porque no existen las propuestas y, en su lugar persiste el sentimiento de provincia, la dependencia.

Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
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