Por José Ruiz Mercado.
Cada vez que abro un libro (sin mencionar los recientemente editados) me encuentro con autores, los cuales, han tenido su momento mediático. El periodismo especializado funge como catalizador ideológico de los gustos del público, de la directriz estilística, de los cambios. Cuando aparecen los pirandellos, en parte, su consolidación se debe a su participación como críticos teatrales.
Revisar lo escrito por los críticos, analizar sus puntos de vista, son claves para comprender la escena contemporánea, los gustos, no necesariamente del público, sino incluso de los hacedores.
Por muchos años la crítica de Olga Harmony fue decisiva, incluso temida, certera, sin concesiones. Esto la hizo referencia obligada para la escena en la Ciudad de México, y, por la efectividad en la difusión de los medios en donde escribió, el catalogo de obras para los grupos fuera de la entidad.
Gran conocedora del teatro. Su obra dramatúrgica poco estudiada. Premiada, avaló en sus escritos a autores como Hugo Hiriart, referente obligado, no en exclusiva por su dramaturgia plena de posibilidades escénicas y literarias, sino además por sus textos de estética.
Volver a leer las notas de Olga nos remonta a Intimidad, la cual, como ella misma dice, con esta obra llega a su clímax como dramaturgo al manejar elementos del realismo al expresionismo, al distanciamiento brechtiano. Van del surrealismo a lo didáctico religioso de la sexualidad.
Y que decir de la obra de Oscar Liera, con la multicitada Cucara Mácara, la obra analítica de los vínculos del poder, la cual pone al descubierto, entre otras, el antifeminismo institucional.
Y que decir de su militancia hacia los montajes de autores mexicanos, su crítica hacia ese público deseoso de ver a autores extranjeros, de engolosinarse con los actores de televisión.
Olga escribió varias obras, entre otras: La Ley de Creón, en 1974, la cual, para varios críticos, es una de las obras mejor logradas de ese periodo y, la obra cumbre de Harmony.
No podemos olvidar El Lado Humano, la historia de un periodista quien se enfrenta a la ética de su oficio, o, Nuevo Día, obra cuya acción se remonta previa a la Revolución Mexicana.
El año del 2014 Olga Harmony se despide del periodismo. Nos deja una lección como periodista cultural. Un libro Ires y Venires del Teatro en México, editado en 1996, en la colección Periodismo Cultural editado por CONACULTA.
Digno de leerse una y otra vez. De estudiarse a fondo, de revisar su estructura, de estudiarlo, digno para historiadores, sociólogos, pero sobre todo, por quienes pretenden hacer crítica, la cual, mucha falta nos hace.
José Ruiz Mercado
Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
Cada vez que abro un libro (sin mencionar los recientemente editados) me encuentro con autores, los cuales, han tenido su momento mediático. El periodismo especializado funge como catalizador ideológico de los gustos del público, de la directriz estilística, de los cambios. Cuando aparecen los pirandellos, en parte, su consolidación se debe a su participación como críticos teatrales.
Revisar lo escrito por los críticos, analizar sus puntos de vista, son claves para comprender la escena contemporánea, los gustos, no necesariamente del público, sino incluso de los hacedores.
Por muchos años la crítica de Olga Harmony fue decisiva, incluso temida, certera, sin concesiones. Esto la hizo referencia obligada para la escena en la Ciudad de México, y, por la efectividad en la difusión de los medios en donde escribió, el catalogo de obras para los grupos fuera de la entidad.
Gran conocedora del teatro. Su obra dramatúrgica poco estudiada. Premiada, avaló en sus escritos a autores como Hugo Hiriart, referente obligado, no en exclusiva por su dramaturgia plena de posibilidades escénicas y literarias, sino además por sus textos de estética.
Volver a leer las notas de Olga nos remonta a Intimidad, la cual, como ella misma dice, con esta obra llega a su clímax como dramaturgo al manejar elementos del realismo al expresionismo, al distanciamiento brechtiano. Van del surrealismo a lo didáctico religioso de la sexualidad.
Y que decir de la obra de Oscar Liera, con la multicitada Cucara Mácara, la obra analítica de los vínculos del poder, la cual pone al descubierto, entre otras, el antifeminismo institucional.
Y que decir de su militancia hacia los montajes de autores mexicanos, su crítica hacia ese público deseoso de ver a autores extranjeros, de engolosinarse con los actores de televisión.
Olga escribió varias obras, entre otras: La Ley de Creón, en 1974, la cual, para varios críticos, es una de las obras mejor logradas de ese periodo y, la obra cumbre de Harmony.
No podemos olvidar El Lado Humano, la historia de un periodista quien se enfrenta a la ética de su oficio, o, Nuevo Día, obra cuya acción se remonta previa a la Revolución Mexicana.
El año del 2014 Olga Harmony se despide del periodismo. Nos deja una lección como periodista cultural. Un libro Ires y Venires del Teatro en México, editado en 1996, en la colección Periodismo Cultural editado por CONACULTA.
Digno de leerse una y otra vez. De estudiarse a fondo, de revisar su estructura, de estudiarlo, digno para historiadores, sociólogos, pero sobre todo, por quienes pretenden hacer crítica, la cual, mucha falta nos hace.

Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
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