Por José Ruiz Mercado.
En los medios está el mensaje. Definitivamente. Y en un público especializado está la sobrevivencia del autor y su obra. Pero existe otra cualidad; ésta se encuentra en la lucha interna de los grupos sociales, de la pertenencia a estos grupos de reacción de la sociedad. En mucho va a depender el autor con la difusión y promoción de su obra.
A la fecha en México, las universidades han tomado el papel rector, digámoslo con propiedad teatral, son las protagónicas del acontecer escénico. En sus aulas se han generado los movimientos teatrales, la educación de públicos, los dramaturgos mediáticos.
Del teatro independiente poco se sabe. Esto a nivel país. Los grupos aparecen, desaparecen. No han podido generarse un público. Requieren de la participación del estado a través de becas. La iniciativa privada, salvo raras excepciones, participa.
Las universidades, las del Estado, han realizado una labor en la difusión y promoción del cuerpo teatral más importante del país. El otro teatro, incluso el cine y la televisión se han alimentado de los egresados de éstas.
Y digo las del Estado y, no las privadas, porque poco o nada han hecho por el hecho escénico. Algunas lo hacen esporádicamente a partir de eventos a los cuales no se les da seguimiento.
Nada más para mencionar algunas. La UNAM se ha posesionado, en momentos ha sido cabeza. Usigli, Carballido, Luisa Josefina Hernández y otros más. Revistas como La Cabra, referente hemerográfico obligado para los estudiosos del hecho escénico.
La Veracruzana con sus grupos, su escuela, su revista Tramoya, la cual inicia en 1975, en 1979 Francisco Beverido funda La Caja con integrantes de la Compañía universitaria. Todo un referente histórico. La oferta teatral fue el parte aguas escénico.
De Sonora, Abigael Bohórquez es un caso aparte. Poeta, periodista, dramaturgo. Poco estudiado, minimizado en su tiempo. Formó parte de las brigadas de salud auspiciadas por el IMSS.
Roberto Corella publica en 1995 El Estanque, con prologo de Víctor Hugo Razcón Banda. Obra en donde un personaje femenino se vuelve protagónico, misma con la cual se da a conocer. Su más reciente producción aparece en el número 42 de los Textos de la Capilla en la Ciudad de México. Actualmente es catedrático de la UNISON (Universidad de Sonora)
En Monterrey se encuentran: Reynol Pérez, Hernán Galindo, Mario Cantú. Éste último es egresado de la facultad de teatro de la UANL. Con varias obras publicadas. Cuenta con montajes profesionales.
En realidad existen pocas universidades con la carrera en teatro, además de las citadas. En Yucatán tenemos la Escuela Superior de Artes, en donde nos encontramos a José Ramón Enríquez, fue director del Centro Universitario de Teatro (CUT) para emigrar a Mérida, Yucatán, donde actualmente radica; es autor, entre otras de Guerrero en mi Estudio.
En Puebla tenemos dos: La BUAP, en donde labora Felipe Galván y, una privada, Universidad de las Américas. En Michoacán se encuentra la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. En Baja California está la Universidad Autónoma de Baja California. Guadalajara cuenta con la UdG.
Valiosa la educación universitaria, luego viene la pregunta ociosa: ¿Y los otros estados? ¿Y las cientos de universidades privadas? Valiosa la aportación de las universidades al movimiento teatral. Partícipes directas de la cultura mexicana.
Los medios tienen ahora una obligación directa. Saber, reconocer, entender la importancia del quehacer teatral. Ir más allá de la nota de ocasión, ofrecer datos de quien está en la escena, sus antecedentes, pero, además, hablar de los grupos independientes. No dejarlos morir en el olvido.
José Ruiz Mercado
Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
En los medios está el mensaje. Definitivamente. Y en un público especializado está la sobrevivencia del autor y su obra. Pero existe otra cualidad; ésta se encuentra en la lucha interna de los grupos sociales, de la pertenencia a estos grupos de reacción de la sociedad. En mucho va a depender el autor con la difusión y promoción de su obra.
A la fecha en México, las universidades han tomado el papel rector, digámoslo con propiedad teatral, son las protagónicas del acontecer escénico. En sus aulas se han generado los movimientos teatrales, la educación de públicos, los dramaturgos mediáticos.
Del teatro independiente poco se sabe. Esto a nivel país. Los grupos aparecen, desaparecen. No han podido generarse un público. Requieren de la participación del estado a través de becas. La iniciativa privada, salvo raras excepciones, participa.
Las universidades, las del Estado, han realizado una labor en la difusión y promoción del cuerpo teatral más importante del país. El otro teatro, incluso el cine y la televisión se han alimentado de los egresados de éstas.
Y digo las del Estado y, no las privadas, porque poco o nada han hecho por el hecho escénico. Algunas lo hacen esporádicamente a partir de eventos a los cuales no se les da seguimiento.
Nada más para mencionar algunas. La UNAM se ha posesionado, en momentos ha sido cabeza. Usigli, Carballido, Luisa Josefina Hernández y otros más. Revistas como La Cabra, referente hemerográfico obligado para los estudiosos del hecho escénico.
La Veracruzana con sus grupos, su escuela, su revista Tramoya, la cual inicia en 1975, en 1979 Francisco Beverido funda La Caja con integrantes de la Compañía universitaria. Todo un referente histórico. La oferta teatral fue el parte aguas escénico.
De Sonora, Abigael Bohórquez es un caso aparte. Poeta, periodista, dramaturgo. Poco estudiado, minimizado en su tiempo. Formó parte de las brigadas de salud auspiciadas por el IMSS.
Roberto Corella publica en 1995 El Estanque, con prologo de Víctor Hugo Razcón Banda. Obra en donde un personaje femenino se vuelve protagónico, misma con la cual se da a conocer. Su más reciente producción aparece en el número 42 de los Textos de la Capilla en la Ciudad de México. Actualmente es catedrático de la UNISON (Universidad de Sonora)
En Monterrey se encuentran: Reynol Pérez, Hernán Galindo, Mario Cantú. Éste último es egresado de la facultad de teatro de la UANL. Con varias obras publicadas. Cuenta con montajes profesionales.
En realidad existen pocas universidades con la carrera en teatro, además de las citadas. En Yucatán tenemos la Escuela Superior de Artes, en donde nos encontramos a José Ramón Enríquez, fue director del Centro Universitario de Teatro (CUT) para emigrar a Mérida, Yucatán, donde actualmente radica; es autor, entre otras de Guerrero en mi Estudio.
En Puebla tenemos dos: La BUAP, en donde labora Felipe Galván y, una privada, Universidad de las Américas. En Michoacán se encuentra la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. En Baja California está la Universidad Autónoma de Baja California. Guadalajara cuenta con la UdG.
Valiosa la educación universitaria, luego viene la pregunta ociosa: ¿Y los otros estados? ¿Y las cientos de universidades privadas? Valiosa la aportación de las universidades al movimiento teatral. Partícipes directas de la cultura mexicana.
Los medios tienen ahora una obligación directa. Saber, reconocer, entender la importancia del quehacer teatral. Ir más allá de la nota de ocasión, ofrecer datos de quien está en la escena, sus antecedentes, pero, además, hablar de los grupos independientes. No dejarlos morir en el olvido.

Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
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