Por José Ruiz Mercado.
Los autores de una localidad se quedan en ésta. Los motivos son muchos, en su mayoría externos: Poca difusión. Desinterés por parte de los grupos. Talleres esporádicos, casi siempre impartidos por personalidades desconocedoras de la problemática local.
Pongamos un ejemplo para entender mejor. Un individuo pretende establecer un restaurante en donde el platillo principal sean las sardinas en un pueblo donde la sardina se desconoce ¿Qué sucede?
Por más limpio, buen servicio, sólo tendrá dos opciones: Cerrar el establecimiento con la frustración a cuestas, o cambiar de giro. Para que su negocio funcionara le falto ver las necesidades del mercado. Los comensales dirán: La comida es mala.
Esto ha sucedido con los teatros luego convertidos en cine, para luego aparecer como estacionamientos o centros comerciales. Los ejemplos son muchos.
La comida es mala, dijeron los comensales, en ocasiones, sin haber probado la comida. Así, en un pueblo, en donde los autores de otras latitudes son aclamados, los locales pasarán a segundo, tercer plano, o de plano, son ignorados.
Esto ha sucedido con muchos autores, quienes no crecieron, o están en vías de desaparecer a causa de la ideologización de un público. Quien no ha comido sardinas, lo más probable es que jamás las coma. Estamos en la teoría de la probabilidad; es probable pero posible.
Así el público. Se dice de la publicidad efectiva. La voz popular. La de boca en boca; cuando se dice no sirve, no me gusta. La comunidad entera dirá no sirve y, ésta será la verdad absoluta.
La relatividad de esta verdad absoluta radica en la educación. El cambio de paradigmas educativos tendrá la posibilidad de trasformar la costumbre, la diaria conspiración con los autores locales.
El poco terreno andado de los estos lo vienen a tirar esos talleres foráneos. Así vemos, o leemos a algunos de ellos, pero su obra no llega a tener trascendencia fuera de su comunidad.
Casos como el de Abigaél Bohórquez, en Sonora. Rodolfo Amezcua del Río, en Nayarit, Diego Figueroa, en Guadalajara, y otros más, con lo cual haríamos una lista más grande de la de los autores mediáticos.
Y no es que se esté en contra del montaje de los autores foráneos, simplemente es que, si los frijoles faltan, no se los des al vecino; primero están los de casa.
José Ruiz Mercado
Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
Los autores de una localidad se quedan en ésta. Los motivos son muchos, en su mayoría externos: Poca difusión. Desinterés por parte de los grupos. Talleres esporádicos, casi siempre impartidos por personalidades desconocedoras de la problemática local.
Pongamos un ejemplo para entender mejor. Un individuo pretende establecer un restaurante en donde el platillo principal sean las sardinas en un pueblo donde la sardina se desconoce ¿Qué sucede?
Por más limpio, buen servicio, sólo tendrá dos opciones: Cerrar el establecimiento con la frustración a cuestas, o cambiar de giro. Para que su negocio funcionara le falto ver las necesidades del mercado. Los comensales dirán: La comida es mala.
Esto ha sucedido con los teatros luego convertidos en cine, para luego aparecer como estacionamientos o centros comerciales. Los ejemplos son muchos.
La comida es mala, dijeron los comensales, en ocasiones, sin haber probado la comida. Así, en un pueblo, en donde los autores de otras latitudes son aclamados, los locales pasarán a segundo, tercer plano, o de plano, son ignorados.
Esto ha sucedido con muchos autores, quienes no crecieron, o están en vías de desaparecer a causa de la ideologización de un público. Quien no ha comido sardinas, lo más probable es que jamás las coma. Estamos en la teoría de la probabilidad; es probable pero posible.
Así el público. Se dice de la publicidad efectiva. La voz popular. La de boca en boca; cuando se dice no sirve, no me gusta. La comunidad entera dirá no sirve y, ésta será la verdad absoluta.
La relatividad de esta verdad absoluta radica en la educación. El cambio de paradigmas educativos tendrá la posibilidad de trasformar la costumbre, la diaria conspiración con los autores locales.
El poco terreno andado de los estos lo vienen a tirar esos talleres foráneos. Así vemos, o leemos a algunos de ellos, pero su obra no llega a tener trascendencia fuera de su comunidad.
Casos como el de Abigaél Bohórquez, en Sonora. Rodolfo Amezcua del Río, en Nayarit, Diego Figueroa, en Guadalajara, y otros más, con lo cual haríamos una lista más grande de la de los autores mediáticos.
Y no es que se esté en contra del montaje de los autores foráneos, simplemente es que, si los frijoles faltan, no se los des al vecino; primero están los de casa.

Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
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