Por José Ruiz Mercado.
Premisa de la otredad. Cuando se tiene conciencia del otro es cuando sabemos quienes somos. Cuando nos identificamos con un personaje es porque parte de nosotros está ahí. Cuando lo rechazamos estamos rechazando algo interno. Lo que no queremos ser, o lo que queremos ser.
Para cada una de éstas entidades existe un público, pero, también un anti-público. No es la obra, así, independiente de lo social, es el individuo de esa sociedad quien hace la comunicación.
Somos público, antes que nada, tenemos nuestra preferencia. Forjamos nuestro hecho social. Asumirlo es nuestro acto socio-histórico. Nuestra acción, como personaje teatral es el tipo de teatro que hacemos.
Responsabilidad ética es reconocernos en esa otredad. Reconocernos como una entidad histórica ¿Cuántas veces escuchamos decir no me gusta la obra porque no es lo que yo pienso?
Las diferentes corrientes del pensamiento, del teatro, se enfrentan de diferentes maneras a este dilema. Unas dicen que el profesionalismo se mide cuando un actor enfrenta el reto.
Otras, nos hablan de la libertad del actor para aceptar o rechazar un papel. Bertolt Brecht asumía que un actor fascista iba a generar un personaje fascista a pesar del contenido de la obra.
Y si nos vamos a lo colectivo, una sociedad va a requerir de obras afines a si misma. De aquí que, una sociedad conservadora va a rechazar la innovación, al contrario de la otra, la que busca la novedad.
Pero también existe el anti-público. Ese al cual no le interesa el teatro. Quien busca al actor/ actriz de moda para así verlo de cerca. Éste no es un público teatral, sino de televisión.
En el ámbito teatral también existe este público. Es aquel que desea al teatro como un trampolín para llegar a la pantalla chica, por lo menos, porque su deseo mayor es entrarle al cine.
De nuevo la gran pregunta ¿Qué quiero? Las escuelas de actuación están llenas de ciudadanos con esta categoría. Y está bien. El problema es cuando no nos hemos respondido ¿Qué tipo de teatro quiero?
José Ruiz Mercado
Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
Premisa de la otredad. Cuando se tiene conciencia del otro es cuando sabemos quienes somos. Cuando nos identificamos con un personaje es porque parte de nosotros está ahí. Cuando lo rechazamos estamos rechazando algo interno. Lo que no queremos ser, o lo que queremos ser.
Para cada una de éstas entidades existe un público, pero, también un anti-público. No es la obra, así, independiente de lo social, es el individuo de esa sociedad quien hace la comunicación.
Somos público, antes que nada, tenemos nuestra preferencia. Forjamos nuestro hecho social. Asumirlo es nuestro acto socio-histórico. Nuestra acción, como personaje teatral es el tipo de teatro que hacemos.
Responsabilidad ética es reconocernos en esa otredad. Reconocernos como una entidad histórica ¿Cuántas veces escuchamos decir no me gusta la obra porque no es lo que yo pienso?
Las diferentes corrientes del pensamiento, del teatro, se enfrentan de diferentes maneras a este dilema. Unas dicen que el profesionalismo se mide cuando un actor enfrenta el reto.
Otras, nos hablan de la libertad del actor para aceptar o rechazar un papel. Bertolt Brecht asumía que un actor fascista iba a generar un personaje fascista a pesar del contenido de la obra.
Y si nos vamos a lo colectivo, una sociedad va a requerir de obras afines a si misma. De aquí que, una sociedad conservadora va a rechazar la innovación, al contrario de la otra, la que busca la novedad.
Pero también existe el anti-público. Ese al cual no le interesa el teatro. Quien busca al actor/ actriz de moda para así verlo de cerca. Éste no es un público teatral, sino de televisión.
En el ámbito teatral también existe este público. Es aquel que desea al teatro como un trampolín para llegar a la pantalla chica, por lo menos, porque su deseo mayor es entrarle al cine.
De nuevo la gran pregunta ¿Qué quiero? Las escuelas de actuación están llenas de ciudadanos con esta categoría. Y está bien. El problema es cuando no nos hemos respondido ¿Qué tipo de teatro quiero?

Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
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