Por José Ruiz Mercado
¿Cuántas veces hemos escuchado, así, categóricamente, el teatro mexicano es malo? Y los medios ¿Cómo cualifican lo bueno de lo malo? Una frase leída una y otra vez. Ninguno dice ¿por qué es malo?
En los inicios del Siglo XX, en el fervor nacionalista, la ópera, la zarzuela y la opereta eran los gustos del cultísimo. Y ahí estaba la Compañía de Ópera y Zarzuela de los Mendoza López. Su sede, en la esquina de Juárez y Molina, de la ciudad de Guadalajara.
Para el otro público, para quien no vestía sus mejores galas para asistir al teatro, estaba el teatro de revista. El teatro político, lleno de astracanadas y bailes exóticos. En este se hicieron famosas varias bailarinas, entre otras: Lulú. Era un teatro de las necesidades, no sólo de sus asistentes; también de los periodistas de la época, perseguidos por escribir de la clase política, quienes, en su mayoría fueron los autores de los libretos.
Un momento interesante para el teatro mexicano, de donde tenemos obras, de ambas partes. Por un lado, En el Jardín, de Carlos Federico Kegel; Pobre Butterfly, de Mendoza López y, por la otra, El Parque de Mandamás, El país de la Metralla.
La crisis financiera, fruto del papel moneda circulante, recuérdese el como, cada facción caudillista tenía su papel moneda, y como, al cambiar de caudillo resultaba peligroso guardar los billetes.
El país de los cartones, de Ortega, Prida y Castro Padilla, fue una de ellas. Un libro interesante, el cual nos narra, nos muestra en detalle las obras de este periodo, es El País de las Tandas (1900- 1940) editado por primera vez en 1984, y su tercera edición en 1987, que fue el catálogo del Museo Nacional de las Culturas Populares, de Coyoacán.
Ya como estructura dramática (teatro periodismo) y no como espectáculo, lo continuó unos años después Vicente Leñero en su obra Compañero. Dio pauta a grandes movimientos como CLETA, El Teatro Chicano o, San Francisco Mime Troupe.
Los Zopilotes, en San Luis Potosí, como parte de CLETA, se dieron a conocer en la década de los setenta con El Gran Circo de los Hermanos Gandalla. Es memorable Chicano, la obra, bajo el movimiento del Teatro Chicano, o los juegos circenses callejeros del San Francisco Mime Troupe.
Luis Valdez es un icono del teatro chicano, inicia en 1965 con el grupo Teatro Campesino. Escribe y dirige el grupo. En 1978 escribe y estrena Zoot Suit, ambientada a finales de la segunda guerra. Con un éxito arrollador, lleva a la escena la obra en 1981, con música de Lalo Guerrero y Daniel Valdez.
De nuevo la premisa: Si no sabes dónde pisas…
José Ruiz Mercado
Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
¿Cuántas veces hemos escuchado, así, categóricamente, el teatro mexicano es malo? Y los medios ¿Cómo cualifican lo bueno de lo malo? Una frase leída una y otra vez. Ninguno dice ¿por qué es malo?
En los inicios del Siglo XX, en el fervor nacionalista, la ópera, la zarzuela y la opereta eran los gustos del cultísimo. Y ahí estaba la Compañía de Ópera y Zarzuela de los Mendoza López. Su sede, en la esquina de Juárez y Molina, de la ciudad de Guadalajara.
Para el otro público, para quien no vestía sus mejores galas para asistir al teatro, estaba el teatro de revista. El teatro político, lleno de astracanadas y bailes exóticos. En este se hicieron famosas varias bailarinas, entre otras: Lulú. Era un teatro de las necesidades, no sólo de sus asistentes; también de los periodistas de la época, perseguidos por escribir de la clase política, quienes, en su mayoría fueron los autores de los libretos.
Un momento interesante para el teatro mexicano, de donde tenemos obras, de ambas partes. Por un lado, En el Jardín, de Carlos Federico Kegel; Pobre Butterfly, de Mendoza López y, por la otra, El Parque de Mandamás, El país de la Metralla.
La crisis financiera, fruto del papel moneda circulante, recuérdese el como, cada facción caudillista tenía su papel moneda, y como, al cambiar de caudillo resultaba peligroso guardar los billetes.
El país de los cartones, de Ortega, Prida y Castro Padilla, fue una de ellas. Un libro interesante, el cual nos narra, nos muestra en detalle las obras de este periodo, es El País de las Tandas (1900- 1940) editado por primera vez en 1984, y su tercera edición en 1987, que fue el catálogo del Museo Nacional de las Culturas Populares, de Coyoacán.
Ya como estructura dramática (teatro periodismo) y no como espectáculo, lo continuó unos años después Vicente Leñero en su obra Compañero. Dio pauta a grandes movimientos como CLETA, El Teatro Chicano o, San Francisco Mime Troupe.
Los Zopilotes, en San Luis Potosí, como parte de CLETA, se dieron a conocer en la década de los setenta con El Gran Circo de los Hermanos Gandalla. Es memorable Chicano, la obra, bajo el movimiento del Teatro Chicano, o los juegos circenses callejeros del San Francisco Mime Troupe.
Luis Valdez es un icono del teatro chicano, inicia en 1965 con el grupo Teatro Campesino. Escribe y dirige el grupo. En 1978 escribe y estrena Zoot Suit, ambientada a finales de la segunda guerra. Con un éxito arrollador, lleva a la escena la obra en 1981, con música de Lalo Guerrero y Daniel Valdez.
De nuevo la premisa: Si no sabes dónde pisas…

Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
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