Por José Ruiz Mercado
A cada época, cada momento de la historia, dan pauta a los estilos de vida y, estos a su vez generan los estilos en el arte. Son producto de la dialéctica, ya no en el mecanicismo de la lucha de clases, sino en la propia dialéctica social al interior de los grupos generados al interior de giros ocurridos en estos.
Aparecen los grupos hegemónicos y los subalternos en dónde pareciera, una lucha intestina en la cual, aparentemente, se rompe con la lucha de clases, sólo una apariencia.
Uno de los teóricos más precisos de este conflicto, lo fue Gramsci. Estudioso italiano, quien precisó acerca de la dialéctica, conflicto, hegemonía subalternidad. Los radicales en ambas partes, van a quedar en el olvido, y su obra quedará como muestra del conflicto social.
Casi siempre los subalternos serán quienes darán la pauta a los cambios estilísticos. Estos, más no todos, son los artistas; los otros quedan para los sociólogos, los historiadores, los estetas analistas del estilo. Material valioso para una pequeña élite.
De esto se desprende que, sólo aquellos que se atreven a cambiar, que se reconocen como parte social, tienen la posibilidad de llegar a la cualidad del arte. Hay que saber donde se pisa. Por este motivo, se dice, del hecho, de que cuando una obra logra vivir a su momento, se vuelve obra de arte, y eso sucede, casi por regla, diez años después de la aparición de la obra.
De ser cierto esto, no es el hecho inmediato de estudiar una rama del arte se convierta en artista. El artista lo es, a partir de su trabajo. Esto lo entendí después, mucho después de salir de la escuela.
Mientras tanto me llegó la cuestionante, y continúo con ella ¿Quién me antecede? ¿Cuáles fueron sus aportaciones? Y lo más importante ¿Hasta dónde estoy descubriendo el agua tibia y creo haber descubierto el océano?
En 1950 Diego Figueroa llevó a la escena la obra de Jean Paul Sartre. Fueron los años del auge del existencialismo. Bajo esta visión escribió sus obras: Un pasajero olvidó algo tiene toda la fuerza de las teorías sartrianas.
Alicia Takman, la actriz y, Diego como director (en ocasiones como actor) y dramaturgo, fueron figuras relevantes de su tiempo. Cada momento de la historia tiene un espacio. Para ellos, como para varios personajes de la época, entre los que se cuentan: Adalberto Navarro Sánchez, Juan José Arreola, Ramón Rubín, Olivia Zúñiga, y tantos otros tuvieron su espacio, el café Acrópolis y, su revista: Etcaetera.
Para esta generación tuvieron otro espacio con la fundación de la Casa de la Cultura Jalisciense, y su publicación Los cuadernos de la Casa de la Cultura. A Diego ya no le tocó ésta. Murió unos años antes.
José Ruiz Mercado
Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
A cada época, cada momento de la historia, dan pauta a los estilos de vida y, estos a su vez generan los estilos en el arte. Son producto de la dialéctica, ya no en el mecanicismo de la lucha de clases, sino en la propia dialéctica social al interior de los grupos generados al interior de giros ocurridos en estos.
Aparecen los grupos hegemónicos y los subalternos en dónde pareciera, una lucha intestina en la cual, aparentemente, se rompe con la lucha de clases, sólo una apariencia.
Uno de los teóricos más precisos de este conflicto, lo fue Gramsci. Estudioso italiano, quien precisó acerca de la dialéctica, conflicto, hegemonía subalternidad. Los radicales en ambas partes, van a quedar en el olvido, y su obra quedará como muestra del conflicto social.
Casi siempre los subalternos serán quienes darán la pauta a los cambios estilísticos. Estos, más no todos, son los artistas; los otros quedan para los sociólogos, los historiadores, los estetas analistas del estilo. Material valioso para una pequeña élite.
De esto se desprende que, sólo aquellos que se atreven a cambiar, que se reconocen como parte social, tienen la posibilidad de llegar a la cualidad del arte. Hay que saber donde se pisa. Por este motivo, se dice, del hecho, de que cuando una obra logra vivir a su momento, se vuelve obra de arte, y eso sucede, casi por regla, diez años después de la aparición de la obra.
De ser cierto esto, no es el hecho inmediato de estudiar una rama del arte se convierta en artista. El artista lo es, a partir de su trabajo. Esto lo entendí después, mucho después de salir de la escuela.
Mientras tanto me llegó la cuestionante, y continúo con ella ¿Quién me antecede? ¿Cuáles fueron sus aportaciones? Y lo más importante ¿Hasta dónde estoy descubriendo el agua tibia y creo haber descubierto el océano?
En 1950 Diego Figueroa llevó a la escena la obra de Jean Paul Sartre. Fueron los años del auge del existencialismo. Bajo esta visión escribió sus obras: Un pasajero olvidó algo tiene toda la fuerza de las teorías sartrianas.
Alicia Takman, la actriz y, Diego como director (en ocasiones como actor) y dramaturgo, fueron figuras relevantes de su tiempo. Cada momento de la historia tiene un espacio. Para ellos, como para varios personajes de la época, entre los que se cuentan: Adalberto Navarro Sánchez, Juan José Arreola, Ramón Rubín, Olivia Zúñiga, y tantos otros tuvieron su espacio, el café Acrópolis y, su revista: Etcaetera.
Para esta generación tuvieron otro espacio con la fundación de la Casa de la Cultura Jalisciense, y su publicación Los cuadernos de la Casa de la Cultura. A Diego ya no le tocó ésta. Murió unos años antes.

Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
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