Por José Ruiz Mercado
Cuando la ciudad se trasforma se generan nuevas necesidades. Aparecen las colonias, el concepto de barrio, con todas sus cualidades de convivencia se van debilitando. No es sólo el paisaje. Las relaciones humanas también. Las fiestas familiares dejan de ser en el patio de la casa; se trasladan a los salones de fiestas.
Los grupos culturales se multiplican, se dividen, estratifican. La ciudad con ellos. El público también. La ideologización se vuelve una constante y, se legitima en el gusto, en la moda, primero en lo joven, en lo viejo, lo conservador y la vanguardia, luego, en la lucha de género. Y así, la ciudad se vuelve muchas.
El crecimiento de las ciudades es un fenómeno posterior a la segunda guerra; los campos de cultivo se convierten en pequeñas urbes llamadas colonias. La nostalgia al campo ofrece un tema al teatro, pero también los marginados. Dos vertientes ideológicas.
Héctor Azar se convirtió en el vocero de Atlixco, Puebla. Recordemos El Milagro, Retablo o la Venganza del Compadre. En donde los personajes de Atlixco están presentes. Sin olvidarnos de Inmaculada, Olímpica, La higiene de los Placeres y los Dolores, Diálogo de la clase medium, sus obras claves.
La crisis, la conflictiva, la toma de conciencia. Momento histórico para el arte y sus públicos. Momento de cambio. En el teatro el conflicto entre el Realismo, el Realismo Costumbrista y las vanguardias, tanto políticas como estéticas.
Enrique Ballesté estrena el 26 de marzo de 1969 en el teatro Comonfort Vida y Obra de Dalomismo, en donde actúa, entre otros, Luis de Tavira, nos presenta esa crisis de conciencia ante la ausencia de la armonía civil.
Un caso aparte acontece en Guadalajara un año después, con el estreno de Las Máscaras, luego viene, Los Monos, Teatro de Eros, para llegar Múltiples Espejos, de Miguel González Gómez; todas bajo la dirección de Félix Vargas(+)
Obras de crisis, de conciencia, de otro estilo. Del 68, búsqueda de otra propuesta escénica. Pero, lo más importante para el teatro, una mancuerna entre dramaturgo y director.
Miguel González Gómez gana en el 2007 la condecoración Alfredo R. Plascencia, otorgada por el Seminario de Cultura Mexicana, Premio Jalisco 2009 y el Galardón al Mérito Teatral en el 2012.
Con un conocimiento del teatro griego, con su coro como personaje, con un lenguaje poético, digámoslo, con un conocimiento a fondo, la retoma de los poetas del barroco español, en el uso del hipérbato, de un García Lorca que nos recuerda su periodo surrealista. Con un manejo de imágenes solamente visto por los literatos conocedores de sus antecedentes.
Unos años después, Jorge Ángeles estrenaría Los Geranios Blancos, en el Ex – Convento del Carmen. El programa fue ilustrado con una obra de Gustavo Curiel.
José Ruiz Mercado
Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
Cuando la ciudad se trasforma se generan nuevas necesidades. Aparecen las colonias, el concepto de barrio, con todas sus cualidades de convivencia se van debilitando. No es sólo el paisaje. Las relaciones humanas también. Las fiestas familiares dejan de ser en el patio de la casa; se trasladan a los salones de fiestas.
Los grupos culturales se multiplican, se dividen, estratifican. La ciudad con ellos. El público también. La ideologización se vuelve una constante y, se legitima en el gusto, en la moda, primero en lo joven, en lo viejo, lo conservador y la vanguardia, luego, en la lucha de género. Y así, la ciudad se vuelve muchas.
El crecimiento de las ciudades es un fenómeno posterior a la segunda guerra; los campos de cultivo se convierten en pequeñas urbes llamadas colonias. La nostalgia al campo ofrece un tema al teatro, pero también los marginados. Dos vertientes ideológicas.
Héctor Azar se convirtió en el vocero de Atlixco, Puebla. Recordemos El Milagro, Retablo o la Venganza del Compadre. En donde los personajes de Atlixco están presentes. Sin olvidarnos de Inmaculada, Olímpica, La higiene de los Placeres y los Dolores, Diálogo de la clase medium, sus obras claves.
La crisis, la conflictiva, la toma de conciencia. Momento histórico para el arte y sus públicos. Momento de cambio. En el teatro el conflicto entre el Realismo, el Realismo Costumbrista y las vanguardias, tanto políticas como estéticas.
Enrique Ballesté estrena el 26 de marzo de 1969 en el teatro Comonfort Vida y Obra de Dalomismo, en donde actúa, entre otros, Luis de Tavira, nos presenta esa crisis de conciencia ante la ausencia de la armonía civil.
Un caso aparte acontece en Guadalajara un año después, con el estreno de Las Máscaras, luego viene, Los Monos, Teatro de Eros, para llegar Múltiples Espejos, de Miguel González Gómez; todas bajo la dirección de Félix Vargas(+)
Obras de crisis, de conciencia, de otro estilo. Del 68, búsqueda de otra propuesta escénica. Pero, lo más importante para el teatro, una mancuerna entre dramaturgo y director.
Miguel González Gómez gana en el 2007 la condecoración Alfredo R. Plascencia, otorgada por el Seminario de Cultura Mexicana, Premio Jalisco 2009 y el Galardón al Mérito Teatral en el 2012.
Con un conocimiento del teatro griego, con su coro como personaje, con un lenguaje poético, digámoslo, con un conocimiento a fondo, la retoma de los poetas del barroco español, en el uso del hipérbato, de un García Lorca que nos recuerda su periodo surrealista. Con un manejo de imágenes solamente visto por los literatos conocedores de sus antecedentes.
Unos años después, Jorge Ángeles estrenaría Los Geranios Blancos, en el Ex – Convento del Carmen. El programa fue ilustrado con una obra de Gustavo Curiel.

Dramaturgo, escritor, director, actor y docente.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autor de numerosos libros de poesía, teatro, narrativa y ensayo.
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